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Este miércoles 7 de agosto, tuvo lugar en la Capilla San Cayetano, ubicada en Salgado y Matanza, la celebración del Santo homónimo, que cada año congrega cientos de fieles en nuestra ciudad.
Primero se celebró la Misa, con el templo colmado, y luego la Procesión por las calles adyacentes al templo.
El oficio religioso estuvo presidido por el Padre Claudio Mosca, quien en su Homilía, tras la lectura del Evangelio según San Juan, expresó: “Esta fecha no necesita que se haga gran convocatoria, porque está encarnada en el corazón de la comunidad, por ese motivo nos autoconvocamos, y si nadie hubiera dicho un horario, igual hubiéramos estado aquí. La presencia de San Cayetano en nuestro pueblo no es circunstancial, está internalizada en el afecto, en el sentir cristiano. Lo que más fuerte suena aquí en esta Capilla y en todo lugar donde se celebra San Cayetano, es la súplica de trabajo. Por eso le pedimos al Santo, pan, paz y trabajo. Es el clamor de la gente, rogando la intercesión de San Cayetano para tener el pan de cada día. Y hay dos palabras muy importantes cuando pedimos trabajo, una de ellas es Dignidad, porque el trabajo dignifica, nos hace plenos, poder conseguir el pan con el sudor de la frente. Cuando logramos esto, sentimos que ese pan que llevamos a la mesa familiar lo ganamos con nuestro esfuerzo. Eso nos hace dignos, no necesitamos mendigar, si eso ocurre estaríamos dependiendo de los demás y perdiendo nuestra libertad”.
Enfatizó el sacerdote que: “Nuestra Patria y nuestra gente tiene derecho al trabajo, porque nos hace hombres plenos, queremos apostar por la cultura del trabajo, no queremos la dádiva ni depender de nadie. Y la otra palabra que aparece cuando hablamos de San Cayetano, es la Esperanza. Si no tuviéramos Fe, no recurriríamos a El. La esperanza es lo que nos mueve a confiarnos en este Santo y a pedirle el trabajo. No podemos perder la esperanza, porque perderíamos la motivación y estaríamos desahuciados. Aún conservamos la esperanza de que podemos apostar por un futuro mejor y mejorar nuestra calidad de vida”.
Posteriormente, concluida la Procesión, se compartió el tradicional mate cocido con pan entre los presentes, y de este modo concluyó la jornada con una masiva demostración de Fe que se acrecienta con el paso de los años y la admirable tarea que lleva a cabo todo el Grupo de Trabajo de la Capilla.
