Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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En la noche de este domingo, el ciclista y comerciante local Patricio Falvella pudo cumplir con uno de sus anhelos más fervientes: Publicar un libro que, por la forma en que fue escrito, resultara a su vez un “diario de viaje” de la travesía que realizó en bicicleta. El ejemplar se fue postergando por distintos motivos, ya que hacía casi 6 meses que estaba en condiciones de ser presentado oficialmente. Y finalmente, hoy pudo concretarse, en la Biblioteca Capponi, gracias a la labor de la Editorial Luna de Marzo. Cabe mencionar asimismo que compartieron el panel durante la charla con el auditorio, dos conocidos vecinos: Miguel Schiel e Ignacio Suárez, ambos apasionados por la bici, si bien representan a diferentes generaciones. Y el autor, que tuvo mucha cobertura de la prensa durante los días previos, al momento de dirigirse al público no pudo evitar quebrarse por la emoción que lo embargaba. Fue entonces cuando Alfredo Barsotti, uno de los editores, tomó la palabra ponderando el empeño que este joven vecino había puesto en su objetivo.
“Empezar a escribir fue una experiencia nueva en lo personal, y en cada momento iba recordando o reivivendo todos los lugares en los que había estado, y mi deseo es ese, transportar al lector a través del relato. Fue una aventura impensada para mí, básicamente por cómo se fue dando todo, porque si bien yo siempre anduve en bici, todo surgió de un viaje a Monte, y cada vez que iba a un lugar lo hacía siempre como un turista, observando mucha gente y paisajes que me llamaban la atención, y entonces no pude evitar pensar “por qué yo no”. Así fue que me largué, con mucha incertidumbre, realmente también cuesta explicar cómo fue que decidí emprender el viaje y cómo se iba prolongando. Pero el mundo de la bici es maravilloso y te conecta mucho con la gente. Por ese motivo hoy están acompañándome Miguel Schiel e Ignacio Suárez. Miguel es un amigo de mi familia de toda la vida y un gran ex deportista; y en el caso de Ignacio nos fuimos conociendo por el cicloturismo, por eso no dudé en invitarlos. El viaje lo preparé en ocho meses, pero el tiempo se pasó volando, en principio buscaba algún amigo o compañero, pero al final, como todos saben me terminé largando solo. Cuando quise acordar ya tenía la fecha encima, y ni siquiera sabía cómo emparchar una bici, algo tan básico como eso. Como te decía al comienzo de la nota, la idea era ir de Lobos hasta Monte, pero tenía toda la carga emocional necesaria para sumar kilómetros, recorrer todo el país y varios países limítrofes, fue así cómo se fue dando.”
Detalló Falvella, que: “Toda la travesía duró un año y medio, pero podría haberse extendido un tiempo más si no me hubieran robado la bici en Ecuador. Fue algo que en su momento me amargó pero que lo di por superado porque no me golpearon ni me agredieron. Estuve en Chile, Bolivia, Perú, y Ecuador. Pese a lo que yo pensaba sobre la rivalidad que nos tienen a los argentinos, especialmente en Chile, el trato que recibí de la gente fue muy bueno, no me puedo quejar. Hubo momentos de dificultad, porque no estaba acostumbrado a distintos climas que me fueron tocando. El título del libro, “Uniendo sueños”, simboliza lo que significó para mí haber ido uniendo lugares que nunca me imaginé. Por considero que tener ese libro hoy acá, también es un sueño cumplido, junto a mi familia y mis amigos”.
Se trató, sin lugar a duda, de una velada magnífica, que coronó Daniel Cucurulo con su canto, y que congregó en el salón de la Biblioteca a muchos vecinos, como hacía tiempo que no se veía en un evento de esta naturaleza.
