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Por la caída del consumo, las grandes empresas despiden o suspenden a empleados de todos los rubros: crecen los acampes y tomas de fábricas

La caída del consumo pega cada vez más fuerte. Según datos oficiales y privados, crecen los cierres de empresas, aumentan los concursos y quiebras y cada vez son más las firmas que reducen su producción. Se trata de empresas vinculadas a la demanda interna, a lo que consume la población en forma masiva: productos alimenticios, ropa y textiles, artículos de limpieza e higiene personal, medicamentos, libros, repuestos de autos y motos, electrónicos y línea blanca, y un larguísimo etcétera.

Si bien el golpe se siente más fuerte en el sector industrial, también afecta a los comercios vinculados con las ventas de esos productos y –aunque parezca lo contrario– con el sector bancario que financia a esas empresas y al consumo. Con las tasas de interés por las nubes, pocos están dispuestos a tomar un crédito.

La reacción de las empresas a la caída del consumo –uno de los síntomas de la recesión– suele ser la misma: recorte de horas extra de trabajo, suspensiones de trabajadores, despidos y hasta el cierre de plantas o establecimientos. En ese camino, muchas optan por caminos abiertamente ilegales, como el pago en negro de salarios, el desconocimiento de los convenios laborales y el apriete.

«La caída del consumo opera hoy como uno de los factores más importantes a la hora de explicar las crisis de las empresas», sostuvo el especialista José Luis Blanco, director de Tendencias Económicas.

Según Blanco, la competencia de la importación, aunque sigue siendo un factor importante en la generación de las crisis, ha perdido peso ante la recesión y el aumento del dólar.

«Se observa que las empresas industriales que se dedican al consumo masivo son las más golpeadas», agregó. Blanco incluyó en ese lugar a las firmas productoras de textiles, de artículos para el hogar, especialmente línea blanca, alimentos y limpieza. También a las autopartistas que se dedican al mercado de repuestos y reposición, a las empresas que producen bienes de capital y a las que producen insumos como químicas y plásticos».

De acuerdo con un relevamiento de Tendencias Económicas, octubre cerró con 15.366 suspensiones, un 845 por ciento más que las que se produjeron en octubre de 2017. En tanto, los despidos sumaron 2801 en octubre último, un 447% más que un año atrás, cuando la economía aún se movía al ritmo del empuje de la obra pública que el gobierno impulsaba como herramienta para ganar las elecciones de medio término.

La economía tuvo un desarrollo alentador en 2017.  Luego de un inicio débil, arrancó en mayo un recorrido que duró hasta noviembre y cuyas cifras de crecimiento interanual no bajaron del 3,1 por ciento. La caída del consumo y la recesión actual contrastan contra ese impulso de la economía del año pasado.

Las proyecciones económicas indican que este año la economía caerá un 2,4%, en coincidencia con lo que prevé el proyecto de Presupuesto 2019. El tema es que en septiembre esos economistas creían que la caída iba a ser del 2,3%. Es decir, a medida que pasa el tiempo empeoran su pronóstico.

Es larga la lista de las empresas que han suspendido, despedido o directamente cerrado sus puertas en octubre. En materia de suspensiones, se encuentran la textil Algoselan (200 trabajadores), de la ciudad de Jáuregui, en Pilar, Buenos Aires, y que le dio su nombre al club de fútbol del ascenso Flandria. También Rontaltex (90) y Tipoití (800), una de las plantas textiles más importantes de Corrientes.

En el sector alimentos, los molinos Boero y Lagomarsino (33 y 40 trabajadores, respectivamente), Cereales 3 Arroyos (120). En el área automotriz, hay suspensiones en General Motors (1900), Volkswagen (1400), Honda (900), Iveco (500) y Motomel (300), además de otros 7000 en la industria autopartista, entre los que se destacan Metalúrgica Tandil, cuyos trabajadores permanecen en un acampe en las puertas de la fábrica. Por tal motivo, está prevista una audiencia muy importante que podría definir el destino final de esa planta. La cadena de artículos para el hogar Ribeiro, despidió a 80 empleados, y Musimundo se encuentra en un procesión de reducción que incluyó el cierre de su emblemático local en la Av. Corrientes, casi esquina Callao.

(Fuente: Tiempo Argentino)

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