Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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De acuerdo a un reciente informe del Banco Mundial, la educación es el factor que más contribuyó en América latina y el Caribe a la movilidad económica y social. «Si bien hubo grandes progresos en la región durante los últimos años en cuanto a la educación infantil, aún persisten diferencias de acceso a la escolarización secundaria y terciaria entre los adultos», advierte el trabajo.
La capacitación de jóvenes y adultos es justamente el foco de la Fundación Educando, creada hace 18 años a instancias de Bettina y Alejandro Bulgheroni (titular del grupo empresario Bridas). Ellos decidieron fundar una ONG para generar desde la educación, mejores oportunidades laborales y de vida para jóvenes y adultos en riesgo. Hoy la entidad lleva capacitadas a más de 91.000 personas en la ciudad de Buenos Aires y 23 provincias, a partir de más de 6300 cursos y talleres dictados en casi 200 sedes.
«Trabajamos con escuelas púbicas, parroquias, clubes, sociedades de fomento, comedores comunitarios y otras organizaciones de la sociedad civil, quienes prestan sus instalaciones y nosotros nos ocupamos de capacitar y remunerar a los docentes que dictan los cursos, y muchas veces de proveer los materiales y equipamiento para los talleres y cursos», comenta Facundo Ortiz de Zárate, director ejecutivo de la Fundación Educando.
«Buscamos fortalecer a las instituciones locales y todos los cursos son impartidos por docentes de la zona, ya que ellos son quienes conocen los códigos y tienen llegada a cada comunidad. Sobre todo en zonas alejadas de los centros urbanos y en comunidades originarias», destaca Ortiz de Zárate.
Entre los programas que ofrece la fundación, uno de los más importantes es el de alfabetización digital, en el que se enseña a los jóvenes, adultos e incluso a abuelos herramientas básicas de informática. Es uno de los cursos más pedidos y a partir de allí, las personas que lo completan luego quieren seguir formándose tomando oros cursos de oficios e idiomas.
Aprendizaje para la vida
Los cursos tienen una duración de cuatro meses, -salvo los de Inglés que duran nueve meses- dos veces por semana, en horarios que cambian según cada comunidad. «Hay madres que prefieren tomar los cursos por la mañana o a la tarde mientras dejan a sus hijos en la escuela, y también hacemos cursos por la noche, fuera del horario laboral. Son totalmente gratuitos para las personas, y lo único que pedimos a cambio es un compromiso personal de dedicar un tiempo semanal a capacitarse», cuenta el director de la Fundación.
Además de informática e idiomas, la fundación ofrece cursos de diversos oficios: electricidad, construcción, carpintería, soldadura industrial, herrería, corte y confección, gastronomía, panadería, maquillaje, peluquería, manicura, producción audiovisual, fotografía, y telar, entre otros. Al final de cada curso se realiza un agasajo y se otorga un certificado que a muchas personas les sirve para conseguir empleo o mejorar el que tienen.
La entidad cuenta con un aula rodante de informática, con 16 computadoras, montada sobre un trailer de camión, que recorre zonas rurales de todo el país.
Uno de los programas más recientes es el de capacitación deportiva, coordinado por el ex jugador de rugby Agustín Pichot. «Promovemos el deporte como una actividad inclusiva más que competitiva; forjadora de valores, pertenencia, liderazgo. Propiciamos la práctica de deportes en equipo como el hockey, volley, fútbol y rugby en los clubes barriales, generando la participación familiar. Trabajamos con adultos y padres y aprovechamos para brindar charlas sobre nutrición saludable», comenta Ortiz de Zárate.
Actualmente también está trabajando junto a Unicef en un proyecto de capacitación para el buen uso de las tecnologías.
La fundación se financia con aportes privados, ya sea de particulares o de empresas, tanto en dinero como en equipamiento para las salas de informática. Cuenta con certificaciones de calidad como la ISO 9000 y 9001 y recientemente fue distinguida con el premio Solidaridad de la DAIA.
