LOBOS 24 dialogó este fin de semana con el Gerente de la Sociedad Rural, Fernando Ferrari, quien nos brindó su visión acerca del “paquete de medidas” que desde la Casa Rosada anunciaron para reducir la inflación.
“Me parece muy bueno que desde el Gobierno se hayan propuesto bajar la inflación y otras metas, pero nuevamente recurren a recetas equivocadas que ya han demostrado su fracaso. Si continuamos por Precios Cuidados, Ley de Abastecimiento, y otras cosas que ya vimos y conocemos, y a la vista está que son recetas fracasaron (…) Si hablamos a nivel macro, el FMI va a imponer determinadas condiciones para negociar, que no sabemos del todo cuáles son. Una de ellas es recortar el gasto público y actualizar las tarifas de energía. Podemos compararlo con lo que hizo Macri, pero va más allá de la política o del viejo discurso de la “herencia recibida”. Digo esto porque Fernández, siendo candidato, sabía con qué país se iba a encontrar, eso es claro, o de lo contrario lo asesoraron mal”, enfatizó Ferrari.
Por otra parte, el profesional expresó: “Seguimos gastando más plata de lo que producimos, hay un déficit fiscal enorme que el Estado financia emitiendo cada vez más pesos que no valen nada. Por eso, más que decirte que la carne está cara, te reitero como en otras notas, que lo que está pasando es que el salario de la gente no alcanza para nada. Es la más barata del Mercosur. Yo no estoy en contra de los subsidios a las tarifas, sólo considero que deben recibirlo aquellos que realmente lo necesitan, por lo tanto, hay que hacer una segmentación y ver quién realmente puede pagar el precio “real”, digamos, y quiénes no. Hablar de “sinceramiento” quizás tenga mala prensa, pero consiste simplemente en tener conciencia del valor real de las cosas. Por supuesto, la gente y todos nosotros podremos pagar ese valor real siempre que la inflación no nos quite poder adquisitivo. Intentar lograrlo de otra manera, lo veo muy difícil. De hecho los aumentos a los jubilados ni siquiera tienen relación con lo que estamos viviendo, porque la fórmula para esos incrementos se hizo en función de un pronóstico de inflación que –si seguimos así- se superará holgadamente”.
Con respecto a cómo afecta esto al sector agropecuario, sostuvo: “El error del Gobierno está en mirar el precio de la soja a nivel internacional. De ese valor, tenés que sacarle todo el costo de transporte de embarque o FOB, los gastos de Senasa, impuestos internos, la ganancia que reciben los exportadores, pero esto no termina ahí. A todo eso hay que restarle las retenciones o derechos de exportación, y después tenés la diferencia cambiaria, que tiene una brecha de más del 80 % con el dólar paralelo. Con lo que queda, el productor debe pagar lo que debe y vivir con el excedente. Y, también, comprar los insumos para la próxima cosecha. Si el Gobierno quiere aumentar las retenciones, ese proyecto tendría que pasar por el Congreso y no tiene los votos para hacerlo”.
“Hoy el aceite paga 31 dólares contra 33 que es lo que vale el poroto de soja, por lo cual se podría aumentar hasta dos puntos sin tener que pasar por el Congreso. Y ese aumento, lo tendría que absorber la exportadora, pero no sabemos qué va a suceder. Lo más probable es que termine siendo una mayor carga en gastos para el productor».
«Lamentablemente, los más perjudicados siguen siendo los dos extremos de la cadena: el productor, y el consumidor. Y nunca está de más recordar que el productor no le pone precio a lo que vende, sino que va surgiendo de la oferta y demanda. Esto incluye granos, carne y leche. Y el consumidor final lo paga con un montón de impuestos, entre ellos el IVA, que no debería existir para alimentos esenciales. Ese ha sido un pedido que hemos hecho siempre desde las entidades para fomentar el consumo. Pero como todos ganan, nadie lo hace. Las empresas que facturan con IVA y tienen mucho movimiento, nunca se ven perjudicadas, porque cuando vendés te lo pagan, y cuando comprás te lo cobran, es muy simple. En el campo, la tasa del IVA es del 10,5 % y el productor tiene un saldo a favor, ¿Por qué? Porque compra con el 21 % y vende con el 10, 5 %. Por eso, ese importe se puede usar de distintas maneras, desde el Impuesto a las Ganancias u otros. Ahora, como te decía antes, si vos me hablás de empresas que “venden IVA”, seguramente pasa en todos lados. Y no estoy diciendo sea legal, pero es lo que pasa, muchas marcas deportivas que sponsorean equipos de fútbol lo hacen, por ejemplo. Hay que cambiar la legislación”, concluyó el entrevistado. Se trata de la primera parte de un extenso reportaje, que dejó varias definiciones interesantes y se extendió durante casi 25 minutos.