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Hace instantes, tuvo lugar en la Biblioteca Sarmiento un cálido encuentro artístico-literario que fue organizado por Verónica Zugasti y Elena Nickitzky, y que contó como invitadas a la artista plástica Andrea Avagnina, y a las escritoras Elvira Regina y Cristina Manenti. Fue con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Luego de la presentación de las disertantes, el público presente pudo formularles preguntas o comentarios relacionados con sus respectivas obras.
Cristina Manenti sostuvo ante el auditorio: “Yo me desempeñé como maestra de primaria varios años, hasta que luego tomé la decisión de abandonar la docencia a los 32 años, con una familia compuesta por mi esposo, dos hijos y una hija, los tres muy pequeños. Fue maestra rural, me insumía demasiado tiempo, y el placer por enseñar a mis alumnos y mantener el trabajo eran los objetivos que me impulsaban a continuar. Fue entonces que prioricé el hecho de dedicar mi tiempo a mi pequeña familia y decidí dejar mi empleo, que no fue fácil, pero era la única alternativa por la que podía adoptar. De todas las personas que estaban a mi alrededor, era yo la elegida para cambiar mi vida. Tuve momentos de miedo y angustia, no quería alejarme de mis amigos ni caer en un aislamiento involuntario. Fue un nuevo aprendizaje, tal vez forzado, pero me mucha utilidad. Me descubrí siendo una mujer versátil, con el propósito de escribir”.
“Un día me dije a mí misma que tenía que seguir leyendo y escribiendo. Lo que hice fue empezar a escribir en talleres, luego retomé la docencia para volver a estudiar Ciencias de la Educación y una Diplomatura en Literatura Infantil. Y así fue mi camino, yo escribía y estudiaba, eso me sirvió para mejorar mi literatura y para enriquecerme y aprender. Había algo muy importante en mí que yo no me daba cuenta, y era que yo no tenía calle. No podía escribir lo que yo sentía porque no tenía una vida muy vasta, por ese motivo, para no quedarme corta, tuve que extender mis lazos. Mis vivencias eran muy sencillas y lo siguen siendo, pero de todas maneras ahora he encontrado la forma de mejorar. Siempre me gustó leer, pero cuando me propuse escribir me aboqué a otro tipo de literatura, y de ese modo me fui perfeccionando. Para mí fue positivo reconocer mis límites, pero hay algo que uno hace que es leer a otros, y para mí es la única forma de mejorar que conozco”, prosiguió.
“La gente, el lector, también evoluciona, y mí me ha sorprendido la repercusión que ha tenido mi obra, y yo nunca escribí para publicar, nunca pensé en hacerlo hasta que un día vi que lo que tenía frente a mí podía ser publicable, y entre una cosa y otra pasaron 40 años, desde mis primeros escritos hasta que decidí publicarlos”, destacó Manenti.
Andrea Avagnina se refirió a su faceta artística y a una situación difícil de su vida que le tocó atravesar cuando le diagnosticaron cáncer de mama en 2017, que felizmente pudo superar. Andrea presentó para este encuentro cuatro acuarelas de esa etapa, que cosecharon unánimes elogios. “Mi estado de ánimo ha influido en mi obra, decide lo que yo voy a pintar, yo tuve un profesor que me explicó que la pintura para que transmita algo tiene un recorrido por la cabeza, el corazón y la mano. Yo no podría hacer nada si no tuviera una motivación. Muchas veces he comenzado a pintar después de una angustia, o después de una discusión, luego de un mal día… Varias veces me he quedado hasta las 2 o 3 de la madrugada después de haber atendido a toda mi familia, de haber dado clases, porque necesitaba ese momento para mí, y me sentía más cómoda porque yo necesitaba ese espacio. La sensibilidad del artista y su modo de canalizarla es muy importante, por eso lo que me tocó pasar a veces uno no sabe cómo charlarlo o cómo expresarlo, y necesitaba sacar esas ganas, no podía dormirme si no iba antes al taller a pintar. En cierta forma siento que el arte me salvó, todo lo que sentía que me otorgaba bienestar me sirvió, yo soy una persona de Fe, y me aferré a esas dos cosas, a la Fe y al arte. Y el amor te salva también, me rodearon muchas personas que me quieren y eso me ayudó a salir de la enfermedad y del tratamiento. Estas obras que expongo hoy fueron realizadas en ese momento tan fuerte que marcó mi vida, y creo que esa fuerza que tienen las mujeres que pinté está sustentada en la energía. Yo originalmente hacía arte sacro y de repente pasé a otro estilo opuesto, dentro de cada uno hay muchas mujeres y muchas maneras de pensar en la intimidad. A menudo hay una fuerza interior que uno ve en otras mujeres y que quiere representarla”.
Elvira Regina, autora y docente, por su parte, sostuvo: “Estoy feliz de participar de este encuentro con todos ustedes, me parece una excelente iniciativa la de compartir este momento en el marco de esta fecha, la verdad es que me tomó de sorpresa esta invitación y me sentí halagada porque además he presentado material de escritura mío en este lugar. Es un día sensible para todas las mujeres, que implica lucha, reivindicación y realizaciones. Las realizaciones de cada mujer se concretan de varias maneras, depende de cada una, de sus proyectos, de su quehacer cotidiano. En mi caso, vuelco todo en la escritura porque es lo único que -a mi entender- sé hacer bien. En este momento estoy escribiendo poesías, y también estoy sacando material de archivo para darle forma de libro. El proceso de pulir el material no es difícil para mí, no corrijo demasiado, le doy el visto bueno a lo que ya tiene un tiempo para ver si se pone obsoleto o no. Andrea Avagnina ha ilustrado la tapa de uno de mis libros y desde el instante en que me mostró la obra me sentí fascinada, era la ilustración ideal para el contexto literario que yo estaba planteando (…) Ha habido un cambio en la vida de la mujer que los que vivimos por décadas en el siglo XX lo estamos vivenciando ahora. Pasamos de una mujer opaca y anónima a una luchadora y emprendedora, capaz de defender sus ideas y sus pensamientos. Las nuevas generaciones han motorizado ese cambio, a la par de los mismos acontecimientos históricos, la posguerra encontró a las mujeres metidas en el mundo del trabajo porque los hombres habían marchado a combatir. Hemos tenido figuras emblemáticas a lo largo de la historia como Simone de Beauvoir, Rosa Luxemburgo, o Marie Curie”.
