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En la noche de hoy, domingo 13, tuvo lugar en la Iglesia “Nuestra Sra. Del Carmen”, la ceremonia de entronización de la imagen del Cura Brochero, canonizado y declarado Santo por el Papa Francisco en 2016. José Gabriel Brochero, conocido como “el cura gaucho”, es el primer santo argentino reconocido por el Vaticano.
El proceso de canonización se inició en la década de 1960. Brochero fue declarado venerable por el papa Juan Pablo II en 2004, y beatificado en una ceremonia presidida por el cardenal Angelo Amato en la pequeña localidad cordobesa de Villa Cura Brochero el 14 de septiembre de 2013, durante el pontificado del papa Francisco. Fue canonizado el 16 de octubre de 2016, en una celebración presidida por el propio Francisco
Previo a la Misa, se llevó a cabo en la calle Salgado un festival folklórico, que contó con la actuación de la Peña Mayka Sumaj (dirigida por Vanina Reinhardt y Juan Carlos Campi), el grupo “Peñalísima” dirigido por Alicia Achille, y el Taller del Círculo de Jubilados Ferroviarios a cargo de la Prof. Tatiana Cinnadaio. A modo de cierre, los tres grupos se unieron para bailar juntos una chacarera, siendo ovacionados por los presentes. Una excelente iniciativa para brindar el marco ideal que permitiera recibir la imagen de Brochero con esperanza y entusiasmo. Centros tradicionalistas de nuestra ciudad, trajeron la misma (junto a las reliquias del Santo), hasta el Templo, que en la misa lució colmado de fieles.
Ya durante el oficio religioso, en su Homilía, el Padre Claudio Mosca expresó: “Brochero se enfermó de lepra, al igual que muchos casos que aparecen en el Evangelio, como aquellos que son tenidos por poca cosa, y son considerados parias (…) Hoy nosotros no vamos a entronizar a un Santo “milagrero”, no traemos al Templo a un santo que es popular por sus muchos milagros, sino porque es nuestro, de nuestra tierra. Es un hombre de Dios para su pueblo y un modelo de Fe. Brochero es un modelo de Fe en el hombre, creyó en la capacidad de redención, puso mucho esfuerzo en revertir situaciones que parecía que no valían la pena, se encontró en Traslasierra con la abundancia de necesidad. Era lo único que abundaba. Había ignorancia, pobreza, maltrato, violencia. Y Brochero creyó que esos hombres y mujeres eran capaces de algo más, de cambiar, de transformar sus vidas y sus realidades. Por eso él fue al encuentro de cada uno de ellos, incluso aquellos que eran una causa perdida para los demás. Creyó en la posibilidad de cambiar y de convertir a los hombres, sabe que en ellos está la semilla de Dios. Destinó su vida a construir escuelas, capillas, caminos, en favorecer la vida de la sociedad de su tiempo, en buscar el agua potable y tantísimas otras obras. Pero no lo hace Brochero porque tiene vocación de asistente social, sino que lo hace porque tiene Fe en Dios y su vocación sacerdotal tiene sentido en gastar su vida en favor de los hermanos.
Prosiguió diciendo que: “La fe de Brochero es un ejemplo para nosotros hoy en nuestro tiempo, no lo traemos aquí porque un sacerdote. Ciertamente que para nosotros los curas su presencia nos moviliza y nos invita a superarnos. Pero lo traemos para todos los fieles, para que lo contemplen y lo conozcan, para que lo imiten, porque fue un hombre enamorado del prójimo y preocupado por los demás. Cuántos hombres y mujeres de la vida política, de las entidades intermedias, de las comunidades creyentes, deben ponerse la Patria al hombro para construir en favor de todos los argentinos”.
FOTOS DEL FESTIVAL ARTÍSTICO FRENTE AL TEMPLO
