En el día de hoy, miércoles 1º de mayo, tuvo lugar en la Capilla San Cayetano la Misa por el Día del Trabajador, presidida por el Párroco Luis Mena. Como sucede todos los años, tanto para esta fecha como para la de San Cayetano propiamente dicha, el templo lució colmado de fieles de distintos puntos de la ciudad, que se congregaron en el populoso barrio para compartir la Palabra de Dios.
Tras la lectura del Evangelio según San Mateo, el Párroco Luis Mena expresó en su Homilía: “No debemos perder la cultura del trabajo, y nosotros tenemos la responsabilidad de transmitirla. A la luz de la vida de José y María, debemos ver la Fe en las cosas de todos los días, en lo cotidiano. Pedir por nuestros hermanos y hermanas que no están consiguiendo trabajo, dar gracias aquellos que lo tenemos, y hacerlo extensivo hacia quienes tienen en sus manos la responsabilidad y la oportunidad de generar fuentes de empleo, con salarios dignos. La mayoría de la vida de José y María transcurrió en torno al misterio del nacimiento de Jesús. En el contexto de esa época del Evangelio, la mujer se dedicaba a las tareas de la casa, José era carpintero de oficio y sostenía a su familia. Ver la presencia de Dios en aquellas cosas de todos los días, nos debe servir para glorificar su nombre».
“Celebramos hoy a San José Obrero, y el pasaje bíblico que leímos nos hace saber que José era un carpintero. Hoy además, es el Día del Trabajador, y queremos poner en la presencia del Señor, la dignidad de la labor que cada uno lleva a cabo. Muchos de los que hoy están acá vendrán a agradecer el trabajo que tienen, y otros a pedir por lo que les falta. Pero no se puede actuar de una forma egoísta e individual por esa necesidad que se tiene de falta de trabajo”.
Agregó, el sacerdote, dirigiéndose a la feligresía: “En este contexto tan difícil, podríamos decir que no está mal que yo pida trabajo si no lo tengo, pero no puedo quedarme solamente en lo que yo necesito. Tengo que abrir la mirada, ser consciente de este momento complejo que nos toca atravesar como país, que hay muchos hermanos en esa situación: Sin trabajo, o bien que les cuesta cada vez más llegar a fin de mes. Ante ello, como cristiano tengo que poner en mi Oración, ese dolor del prójimo, esa angustia que hace que muchas veces no se llegue a llevar el pan a la mesa de todos los días”.
Prosiguió diciendo que: “Como cristiano, tengo que poner hoy en mi corazón también el dolor, la desesperanza, la frustración de todos aquellos que la están pasando mal. Me han escuchado decirlo, no solamente en ocasiones como estas, que cuando estamos tiempos de crisis, aparece un gran fantasma que es el individualismo. Nos hace daño, porque cuestionamos quizás a quien tiene un celular costoso y no tiene para comer. Puede parecer un razonamiento lógico, en cuanto a las prioridades de cada persona. Quizás no nos damos cuenta, pero es una forma de etiquetar a la pobreza. De más está decir que hay que hacer una lectura sobre aquello que nos llevó a estar como estamos. Pero ello no justifica caer en una actitud de menosprecio. La caridad se hace o no se hace. Si le empezamos a buscar peros, es mejor no hacer nada”.
“Es frecuente que prevalezca el hecho de decir: “Si no puedo con lo mío, menos voy a poder con lo de los demás”. Así, cada uno se centra en lo que a cada uno le pasa, o le preocupa. Por supuesto que eso también es una realidad, pero hay actitudes que nos cuesta entender. Ustedes lo habrán visto durante la pandemia, cuando decíamos “quedate en casa”, pero nos provocaba terror que un vecino contagiado pudiera haberse acercado a nosotros. ¿Se acuerdan de las primeras semanas de cuarentena, de los slogans, y todo esa? Porque después es muy fácil decir: “Nos cuidamos entre todos”, como acostumbrábamos repetir. Nos dejamos llevar por el envión, pero luego caemos en el egoísmo”, subrayó el Párroco.
Concluida la Misa, los presentes compartieron mate cocido con tortas fritas, como así también un espectáculo artístico a cargo de músicos y cantantes locales, muchos de los cuales ya han participado en años anteriores.