La Vigilia Pascual está considerada dentro de ceremonias las más importantes de la Semana Santa, con la cual se celebra la resurrección de Jesús. Se trata de la festividad que marca el final del Triduo Pascual. Es decir, los tres días más significativos de la liturgia cristiana, en los cuales se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo y el fin de la Cuaresma.
Este sábado 30, LOBOS 24 presenció en el Templo Parroquial las instancias previas al oficio religioso dentro del Templo. Todo ello contiene numerosos simbolismo y ritos que provienen de tiempos remotos, mediante los cuales se renueva para los creyentes la esperanza de la vida eterna.
El Párroco Luis Mena, en diálogo con este medio, sostuvo: “Celebrar la resurrección de Cristo es hacerlo en aquel en que creemos, un Cristo vivo, y en cada año que se renueva el cirio nos llena el alma, porque representa una alegría poder compartir este momento con la comunidad. Precisamente como dice el Pregón Pascual, “esta noche tan santa”. Desde mi lugar, deseo que todos los que estén participando puedan sentir una presencia fuerte de Dios en sus vidas, sobre todo como una figura protectora, porque El siempre camina y está a nuestro lado (…) Creo que, en épocas de crisis, caemos en un riesgo muy grande como es el individualismo: Uno piensa que apenas puede con lo suyo y descuida al prójimo, por lo cual hay que estar atentos ante eso. Esta celebración en particular tiene un gran sentido comunitario. De las situaciones difíciles, no creo que podamos salir solos. Si hacemos memoria de la Pasión del Señor, escuchando Su Palabra, y celebrando sus misterios, esperamos con Fe participar de su triunfo sobre la muerte”.
Precisamente, se lleva a cabo en la noche del sábado anterior al Domingo de Resurrección (en algunos casos, el mismo domingo, pero en tal caso, antes del amanecer). La Misa es una de las más extensas, y está compuesta por siete lecturas, que suelen reducirse a cuatro, como se verá a continuación.
Y se realiza de noche, porque proviene de una tradición muy antigua de la Iglesia, que se remonta a los primeros siglos del cristianismo. En aquellos tiempos, los cristianos solían reunirse en secreto durante la noche para celebrar la Eucaristía y renovar su fe en Jesucristo. Con el tiempo, esta tradición se convirtió en una ceremonia oficial del culto católico, que se celebra en la noche del Sábado Santo.
Bendición del fuego
La Vigilia da inicio cuando se apagan las luces de la iglesia y el sacerdote enciende una llama de fuego, como se hizo en la calle Salgado, y con esa misma llama se da luz al Cirio Pascual, una vela de gran tamaño que es bendecida y llevada en procesión a través del Templo mientras éste permanece a oscuras. Del fuego del cirio pascual se encienden las demás velas que lleva cada uno de los devotos que participarán de la Misa, y de éstas se encienden otras. La luz del fuego representa a la Resurrección. Después de la procesión, ya con las candelas encendidas, el sacerdote canta el Pregón Pascual, antiguo himno de Pascua.
Liturgia de la Palabra
Una vez bendecido el fuego se da inicio a la Liturgia de la Palabra, en la cual se realiza la lectura de los relatos del Antiguo Testamento referentes a la salvación de Dios. También se leen salmos del Nuevo Testamento y varios cánticos interpretados por un coro o cantor.
Liturgia Bautismal
La Liturgia bautismal se caracteriza por tratar sobre los temas de la resurrección y el bautismo, como términos que se complementan. Por ese motivo se bendice el agua y se renuevan los compromisos y promesas bautismales.
Liturgia de la Eucaristía
Se trata de una Eucaristía mucho más especial que las que se realizan de manera cotidiana, ya que entonan cantos de alabanza al recibir la Comunión. Para finalizar, los feligreses reciben la bendición.
Es un momento en el cual los fieles manifiestan su júbilo por la resurrección de Cristo, y en tal sentido cabe mencionar que en todos los templos cristianos se realiza un ritual similar en la que se emplean los símbolos de la Luz, el Agua, la Palabra y la Eucaristía.