Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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-Gonzalo «Colo» Alonso (39), músico y cantante lobense, es el invitado de esta semana de “Café Doble”, el programa de TV que conduce Patricio Contrera en la señal de cable Lobos Digital. En diálogo con ese medio y con LOBOS 24, nos contó parte de su historia. Lo que sigue a continuación es una síntesis, desde luego, porque el ciclo se emitirá mañana miércoles, al término del noticiero (de no transmitirse el informativo, ocupará ese horario central).-
Conversar con «El Colo» e intentar conocer el secreto del éxito, es como la fórmula de la Coca Cola: Todos creen saberla, pero no hay nadie que logre combinar esos ingredientes en proporciones exactas. No es sencillo ganarse el favor del gusto popular. Uno de los aciertos, sin dudas, ha sido rodearse de buenos músicos y gente de confianza con quienes comparte el mismo entusiasmo por la cumbia romántica, como él mismo define su estilo al frente de su proyecto «Colo y la Band Fest».
Durante el transcurso de la entrevista, Alonso hizo un repaso por sus inicios en la música y los grupos que fue integrando: “Comencé con este proyecto en abril de 2017, cuando Guillermo Cirone me invitó a sumarme a un grupo que se llamaba “Epa Che”. Luego siguieron “A Positivo”, y “Herederos” Ya para ese entonces estábamos bastante bien encaminados, y lo pensé siempre como un proyecto solista pero obviamente acompañado por músicos, que con el tiempo se fueron convirtiendo en grandes amigos y nos entendemos muy bien. Con Herederos llegamos a ser más de 10 músicos sobre el escenario, y por ese motivo, lo que se decidió después es que fuéramos pocos, no sólo por los costos, sino para distribuir mejor lo que nos pagaran por tocan. También hay que tener en cuenta la movilidad si es que nos contratan para dar un show en otro lugar, y vuelvo a lo que te decía antes: Una banda es una familia, de algún modo».
«Somos como una familia, para mí es un proyecto que me gusta y me satisface. Cuento con la tranquilidad de que ya no tengo que salir a buscar a un músico de apuro, o preguntarle si estará disponible para determinada fecha. Por supuesto que en estos últimos seis años llegar a contar con una formación estable y consolidada, simplifica muchísimo todo lo que hay que hacer y que los espectadores no ven”, agregó el cantante para reforzar su postura.
“Cuando componemos temas propios, los roles son muy variados. Pero en la gran mayoría yo escribo las letras, y en cuanto a la melodía hemos hecho varias con Myriam Víctor, música de Lucas Soria y percusión de Nahuel Suárez. Con el tiempo fuimos logrando una formación estable, que tiene que ver con una cuestión práctica. Por supuesto que tanto para mí como para los músicos, nos resulta difícil repartir el tiempo entre la familia, el trabajo, y los shows, porque somos un grupo amateur. Es un rompecabezas, pero por suerte en el laburo me apoyan y me bancan en lo que hago. Al igual que cualquier persona, también quiero estar con mi familia, con mis hijas, y a eso hay que sumarle el hecho de compartir un momento con mis amigos».
«Cuando hay un ensayo o un recital, eso te lleva tiempo, más aún si te contratar para actuar fuera de Lobos y tenés que viajar. Desde el primer minuto todo tiene que estar en condiciones, para que tengamos la tranquilidad de que va a salir bien. El celular es una adicción que tenemos, y cada vez uno lo usa más por lo cotidiano. Me han mandado mensajes a las 8 de la mañana por una contratación, y en algunos casos a las 2 de la madrugada. No es lo que uno quisiera pero mientras sea trabajo, obviamente que no reniego de eso”, explicó el entrevistado.
“Creo que se puede vivir de la música, pero tenés que llegar a cierto nivel para poder conseguirlo. Los artistas que están sonando hoy, viven más que bien. Sabemos que, siendo una banda local como en nuestro caso, esa posibilidad no está cercana por ahora. Durante tres años estuvimos de gira por la Costa, y en cuatro días llegamos a meter 11 o 12 shows. Desarmábamos los equipos y todo eso a la 7 de la mañana, y a las 10 ya estábamos preparando todo para ir a tocar a algún parador en la playa. Todo lo hacíamos nosotros, hasta que pudimos conseguir los plomos que se encargan de eso, un sonidista estable, y de esa manera lo que hacemos es solamente ensayar y tocar. Los artistas de primer nivel tienen todo el transporte, el catering, y entonces llegan, tocan y se van. Esos años de gira fueron totalmente a pulmón, y ahora lo que marca tendencia son las reproducciones en las plataformas digitales como Spotify. Se manejan números impresionantes, hay artistas que en tres horas superaron 2 millones de reproducciones, cambió el negocio de las discográficas”.
Explicó, por otra parte, que: “Si tenés una reunión con algún capo de la industria, lo primero que te preguntan es eso, cuántos seguidores tenés, cuantas vistas tienen tus canciones. Pero yo, cuando estaba en Herederos, en 2016 tuve una experiencia que no me gustó, habíamos firmado contrato con un productor de Buenos Aires, tuve que dejar mi trabajo para tener más tiempo disponible, y además de promocionar todo por las radios, querían cambiar nuestro estilo. Si aceptábamos, íbamos a terminar siendo otra cosa, no lo que éramos antes de firmar. Querían modificar la banda, los músicos, muchas cosas, y entonces lo hablamos con los chicos y no seguimos con ese plan. Y por esa experiencia, ya tengo la decisión de que no vuelva a pasar, porque además nosotros dentro del grupo hablamos de todo, y es mejor así en lugar de que nos quieran manejar”.
“Cualquier artista de trap llega enseguida a posicionarse, además como canta o rapea sobre pista, no tiene gastos de músicos, en un negocio rentable. Y lo que cobrar como cachet para cantar en cualquier evento, es incalculable. Pero no me parece mal, al contrario: los felicito porque le encontraron la vuelta. Pero a veces te ponés a pensar la cantidad de años que llevás con una banda en vivo, y ves que hay otros que llegan mucho más rápido que vos. Por eso, como te decía, en una entrevista con una discográfica ellos ya saben qué alcance tenés en base a tus seguidores en las redes y todo eso, hoy el mercado funciona así. Antes la difusión la hacíamos radio por radio, llevándoles el CD, hablando con los conductores y musicalizadores. Eso cambió totalmente”.
Destacó asimismo que: “Para mí es importante haber logrado que esta movida de los shows en vivo haya sido una fuente de ingresos, pero igual no alcanza, por eso, desde hace varios años trabajo vendiendo batería para autos. Obviamente nadie toca gratis, pero nunca dejó de ser un hobby. Porque al público, vos tenés que transmitirle la misma pasión y las mismas ganas que estás sintiendo sobre el escenario. Y el día que se pierda eso, que no haya emoción ni adrenalina, por más plata que haya, habrá que replantease cómo seguir. Por suerte los empresarios que organizan grandes eventos confían en nosotros para ser grupo soporte, y además de que nos sirve económicamente, es una buena oportunidad para darnos a conocer ante una audiencia que quizás nunca nos había escuchado antes”.
“Con los chicos que me acompañan nos entendemos casi de memoria: inclusive, hubo fiestas donde nos han pedido canciones que no teníamos previsto tocar, y las hicimos igual, tocamos casi de oído. Salió bien, le dimos al público lo que pidió, pero claro que no siempre todo se logra así. Como en todo, hay cosas que no te esperás o que te descolocan. Vas a un salón y ves que la gente que parece estar en otra, son indiferentes, por eso siempre digo que cuesta más dar un recital para 100 personas que para 2.000. Si es un público reducido, enseguida te das cuenta cuando no hay suficiente química, y tenés que ir levantando como puedas. En cambio, si hablamos de mucha gente, quizás no se nota tanto. Y siempre es fundamental tener un repertorio básico, pero donde puedas cambiar 6 o 7 temas según la edad. Hay que tenerlo presente porque es lo mismo tocar en una fiesta de 15 que hacerlo un baile de jubilados o personas mayores, y lo digo con el respeto que se merecen”, concluyó.
