Adaptándose a los tiempos que corren, pero conservando intacta la esencia e impronta de su fundador, el recordado sacerdote Luis Troiano, este domingo 18 se está desarrollando la 57° edición de la Fiesta Grande del Día del Niño, que cada año brinda nuevos ingredientes que son del agrado de los más pequeños
Estos populares festejos demuestran, una vez más, la expresión de la solidaridad que despierta un evento de más de medio siglo de permanencia en nuestro acervo cultural: comerciantes, artistas, músicos, empresarios, voluntarios que desde muy temprano le pusieron el hombro a la fría mañana de hoy: Todos dieron lo mejor de sí para que sea posible ser partícipes de una jornada distinta, de un domingo como los niños se merecen. Y cualquier denominación que el lector considere más apropiada (como Día de la Niñez, Día de las Infancias, u otras) es válida para referirse a este evento.
Luego del tradicional chocolate con tortas y facturas, alrededor de las 10 comenzaron los sorteos y el reparto de juguetes, y ningún niño se quedó sin recibir su regalo. En un contexto económico complicado, la Comisión redobló los esfuerzos para que en esta oportunidad pudieran adquirirse 5.000 juguetes, que fueron fruto de donaciones de particulares y de lo recaudado en los espectáculos que fueron llevando a cabo con ese fin. Los que ya dejamos atrás la infancia, recordamos con nostalgia todas las fiestas anteriores, el noble espíritu del voluntariado que se mantiene con absoluta vigencia, dividiéndose las tareas y trabajando incansablemente en beneficio de los más pequeños para que esta edición pueda lucirse plenamente. Claramente quedó de manifiesto que ratificó su gran convocatoria, y lo más importante: Todos los juegos, todos los stands, todas las golosinas, panchos y pochoclos que se distribuyeron, fueron totalmente gratuitos ofreciendo un gran marco en el cual prima la solidaridad de toda la comunidad que ante cada llamado o pedido colabora incondicionalmente. La premisa es ir superándose año tras año, y no caben dudas de que lo han logrado con creces.
Cómo ya mencionamos, se distribuyeron gratuitamente helados, golosinas, y pochoclo. Los chicos disfrutaron de cada momento y compitieron en las carreras pedestres o con carritos a rulemanes, que tuvieron récord de participantes. Todos los juegos se desarrollaron en un clima de compañerismo y camaradería.
Una tendencia que se ha consolidado en los últimos tiempos, tiene que ver con que cada barrio organiza sus propios festejos (al igual que las localidades de la zona rural), y para muchos niños y sus familias es más frecuente participar de ellos, porque les queda más cerca que concurrir hasta el Centro. Pero, por supuesto, eso no le quita protagonismo ni lucimiento alguno al tema que nos convoca en esta nota.
La Fiesta Grande se consolida porque se van sumando colaboradores, surgen nuevas ideas, hay más vecinos dispuestos a brindar su apoyo económico, y todo ello contribuye a que los niños la sigan eligiendo. Será hasta el año próximo, y hay que agradecer a toda la Comisión por ponerse este evento al hombro, y que no es nada sencillo de organizar para que el resultado final sea el que toda la familia espera cuando se acerca esta instancia, donde predominan las sonrisas y los gestos altruistas de los más adultos.