Lobos 24 Un nuevo concepto en información
Noticias Relacionadas
El viernes 8, a las 5 de la mañana, Alfredo Sella se despertó sobresaltado por un llamado en su celular. Era un vecino que le avisaba que los bomberos estaban en su campo y que había mucho humo en la casa. Se vistió a toda velocidad y en cuestión de minutos llegó al establecimiento llamado “La Flecha”, ubicado a unos 500 metros de la Ruta 205 km.73.
El panorama que encontró fue desolador: la casa estaba totalmente destruida, con las paredes negras por el hollín y gran parte del techo derrumbado. Las llamas habían ingresado a un galpón contiguo, donde un tractor terminó calcinado y otro chamuscado.
En la denuncia que radicó en el CPR Cañuelas, Sella declaró que el o los delincuentes ingresaron a la vivienda barreteando una ventana, y que sólo faltaba una garrafa. Es decir que fue un incendio intencional, pero no se llevaron nada de valor.
El productor agropecuario, de 73 años, contó que toda su vida tuvo campo en Uribelarrea, comprado por su familia en 1956. Hace unos cinco años decidió venderlo porque ya no lo podía atender y para mantenerse activo compró unas 72 hectáreas en El Taladro, donde tiene una pequeña cantidad de vacunos y algunos caballos.
“Lo que más me gustaba del campo era la casa, una vivienda de casi 300 m2 con galería. Como vivo en Cañuelas y para no dejarla sola, se la presté a una pareja conocida que hace poco se trasladó a Vicente Casares y tampoco estaban siempre en la casa. La vivienda se quemó toda. Perdí todos mis cosas y también algunos muebles nuevos que había traído esta familia”, contó Sella.
La víctima sospecha que los malvivientes prendieron fuego un fardo que estaba guardado en la galería junto a unas tranqueras apiladas. Desde allí habría alcanzado el techo de machimbre extendiéndose hacia el interior de la finca. Luego, a través de ventiluz, pasó al galpón de máquinas y herramientas donde había un tanque con gasoil. Un tractor se quemó íntegramente y otro se salvó aunque necesita arreglos.
De hecho, todavía no pudo revisar todo el inmueble en detalle para verificar si falta algo más. “Lo primero que noté fue el faltante de la garrafa. Tampoco me puedo quedar mucho. Estoy cinco minutos y me tengo que ir porque me vienen los recuerdos de cómo era la casa, de las cosas que tenía en cada ambiente… No puedo creer lo que está pasando. En los 60 años que estuve en Uribelarrea jamás tuve un problema más allá de algún cazador de liebres que se me metía sin permiso”.
“En la zona de El Taladro están pasando muchas cosas. Hay robos de hacienda, robo de transformadores, y tengo un vecino, Pepe Lalueza, al que entraron a robar dos veces. La segunda fue hace pocos días, le abrieron un conteiner del que se llevaron un montón de cosas. Algunas las pudo recuperar, estaban escondidas en una alcantarilla cerca de la ruta”, afirmó.
Las sospechas apuntan a las “banditas” de delincuentes en moto que suelen hacer base en El Taladro y que desde allí van y vienen hacia Cañuelas, espiando los movimientos de los vecinos del corredor. Mientras uno ingresa a las propiedades el otro se queda sobre la moto haciendo de campana. Hace poco se conoció el caso de un joven repartidor de Lobos que fue apuñalado por dos motochorros que lo abordaron a la altura del restaurante El Búho para robarle la moto.
A la falta de un control efectivo sobre la ruta, se suma la escasez de cámaras en la zona. Curiosamente, al único vecino de Sella que tiene un domo, le dejó de funcionar el viernes a la 1 de la madrugada, un rato antes del ingreso a su campo.
Cuando Alfredo fue el lunes a hacer la denuncia en el Comando de Prevención Rural de Cañuelas, se encontró con los policías haciendo de mecánicos y arreglando un patrullero. Una imagen vale más que mil palabras.
(Fuente: Infocañuelas)
