El 25 de octubre próximo, hacia las 16 horas, finalizará la subasta de 3000 toneladas de chatarra ferroviaria perteneciente al Estado Nacional. Vagones, coches, locomotoras, rieles, durmientes, repuestos y otros componentes serán adjudicados a quienes por estos productos más oferten. Pero la venta no será anunciada a viva voz ni por el golpe de un martillo: la subasta ya está en marcha a través de una plataforma online.
El remate está a cargo de la compañía Narváez Superbid. Y significará la primera de una serie de subastas de material ferroviario que realizará Trenes Argentina Infraestructura, dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación. De acuerdo a lo informado en agosto último por el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y el presidente de Trenes Argentinos Infraestructura, Guillermo Fiad, el Estado Nacional tiene relevadas unas 65 mil toneladas de chatarra ferroviaria disponible para subastar, con las que espera recaudar unos $ 300 millones hasta 2019. Se desconoce si dentro del lote se encuentran los vagones que fueron adquiridos a España y Portugal durante el Gobierno anterior.
El método de remates online con el que se comercializarán estas primeras 3000 toneladas, explica la compañía que ganó la licitación, le permitirá al Estado obtener más ingresos que en una licitación convencional. Narváez Superbid proyecta que con el sistema de subastas online, el precio de la chatarra aumentará –en promedio– un 71%. Esto se explica porque el método no presencial y el loteo del activo –las 3000 toneladas se venden en 114 lotes diferentes– brindan la posibilidad de participar a más oferentes.
Además, la subastadora explicó que con la venta se liberará espacio en unos 10 predios ferroviarios. De acuerdo a lo informado por la compañía, el Estado gasta alrededor de $ 20 millones por año solo en la custodia de los predios en los que se almacenan los rezagos de material ferroviario.
El sistema, explican ejecutivos de Narváez Superbid, brinda también un proceso más ágil y transparente. Un remate a través de una licitación convencional puede tardar unos 120 días, mientras que el sistema online permite reducir ese tiempo a 40 días. Mientras que la transparencia es consecuencia de un procedimiento auditable, con relevamiento de participantes, ofertas y compradores.
La subasta del 25 de octubre próximo, sin embargo, no será la primera que Narváez Superbid realice para activos del Estado Nacional. El pasado 27 de enero, la compañía remató seis vagones del subte porteño por unos $ 800.000.
Si bien ya es posible ingresar a la puja, aún no hay ofertas por ninguno de los materiales ferroviarios que ofrece el Estado. Esto se explica, de acuerdo al jefe de Marketing de Narváez Superbid, Federico Failace, por que por lo general, el 90% de las ofertas se concretan el día de cierre de la subasta.