Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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Tal como habíamos anticipado en este medio, en la tarde de hoy (24/6), disertó en la Sociedad Española el Lic. Humberto López, conocido en nuestra ciudad, además de su labor como psicólogo, por haber sido Director del Coro Polifónico entre 1980 y 1988. Al respecto, nos comentó: “Estuve unos cuantos años dirigiendo el Coro y fue una experiencia magnífica desde lo afectivo y desde lo profesional. Aquí recogí muchos afectos que aún siguen en pie, tengo un par de páginas en Internet y muchas veces la gente de acá sigue recordando esa etapa. El Coro llegó a tener una linda trayectoria mientras yo estuve, viajamos a muchos lugares, hicimos conciertos en varias provincias (…) En un momento dado tuve que tomar la decisión de dejar esa actividad, porque tenía muchísimo trabajo en Buenos Aires y veníamos los viernes a la noche, muchas veces volvía el mismo día, y hasta me he quedado dormido manejando, y fue ahí cuando la familia me pidió no continuar”.
Este evento se llevó a cabo en el marco de las actividades por el 150º aniversario de la institución que preside Fernando Sancho.
Sobre la disertación que brindó (la primera de ellas sobre Educación), López manifestó: “Tengo 40 años de enseñar música, pero también desde la transversalidad he hecho tareas con otras disciplinas, y justamente me interesa el vínculo que hay entre la música, la psicología, y la educación. Ellas fueron mis tres profesiones, y he descubierto que cada una potencia a las otras dos. Un psicólogo que además de tratar algún problema de salud o una necesidad de ayuda emocional, si está acompañado de la educación y del arte, probablemente tenga más herramientas para desarrollar su trabajo. Un educador que conozca ciertos elementos básicos de la psicología y pueda emplear el arte en sus clases, es lo mismo. En los talleres que yo hago, a veces utilizo muchos elementos de la musicoterapia, la eficacia está comprobada, porque no cura en sí misma, sino que ayuda a desarrollar el potencial creativo, que a su vez permite superar ciertas instancias”.
Y con respecto a su segunda charla, sobre los vínculos, enfatizó: “Cuando Freud dice que en una sesión está el paciente, el terapeuta y el vínculo, le estamos dando a todo una cuestión bastante colectiva (…) Hay una “sombra”, que son todas aquellas cuestiones nuestras que nos parecen negativas, y que en realidad lo son, lo replegamos al inconsciente porque no deseamos que aparezcan, pero existen. Sin embargo, esa “sombra” (que mencionaba el psicólogo Jung), no se puede suprimir porque es el motor que nos lleva a superarnos. Entonces, cuando establecemos un vínculo o una relación con alguien, lo primero que tenemos que pensar es en aceptarnos como somos, y que el otro nos acepte. A veces uno se pregunta cómo se puede vivir de una forma tan alienada y solitaria, como sucede en las grandes urbes, y es ahí cuando tiene que empezar a aparecer ese cambio, que es reconocer al otro, aceptar las diferencias y vivir con las similitudes. No podemos pretender que el otro sea lo que nosotros queremos, que se da también en la familia, cuando el padre pretender que el hijo sea lo que él quiere ser. Hay que entender, como dice el psicoanálisis, la singularidad de los individuos, que cada uno es distinto, y que no se puede aplicar la misma “receta” con todos. En una sesión de psicoanálisis hay dos expertos, el terapeuta, y el paciente, que es experto en sí mismo, se conoce”.
