-Un golpe al bolsillo: En la última década se duplicó la cantidad de remedios vendidos, pero se triplicaron los precios. Se mantuvo la facturación de los laboratorios en dólares-
Entre 2016 y 2017, los precios de los medicamentos aumentaron por encima de la inflación, en un promedio del 46%. Esta fue una de las conclusiones que presentó el economista Roberto Bisang, del Instituto Interdisciplinario de Economía Política UBA/ Conicet durante las Jornadas de Economía de la Salud que se realizan desde el miércoles 6 y hasta hoy en la Universidad Isalud.
La extensión del promedio de vida y la calidad, que trae aparejado un uso más intensivo de medicamentos junto con la introducción de nuevas drogas biotecnológicas, cuyo costo de desarrollo y producción es sustancialmente mayor que las convencionales, son las principales causas de este incremento.
Según Bisang, las ventas en unidades de medicamentos se duplicaron en los últimos diez años, mientras que los precios se triplicaron. Para hacer este cálculo, el economista e investigador tomó como muestra una canasta de medicamentos variable, dado que «los tratamientos van evolucionando y se van cambiando las drogas por otras más nuevas logradas con tecnologías que son más costosas», destacó. A esto se suma el problema de financiación, ya que «el Pami, que hoy representa un 35% de las compras, tanto como el Estado en todos sus niveles y las obras sociales, tienen una situación financiera cada vez más delicada», remarcó.
En tanto, Juan Manuel Santamaría, de la consultora especializada IMS, señaló que «los costos de investigación y desarrollo aumentaron en todo el mundo, hoy desarrollar una nueva droga requiere una inversión de u$s 1.000 millones, y de cada 100 líneas de investigación que se abren, sólo una llegará al mercado». El consultor apuntó que la forma de investigar nuevos medicamentos requiere de equipos multidisciplinarios, estudios clínicos en muchos países, y los trámites de aprobación suelen ser engorrosos. En este sentido, celebró el reciente decreto de la administración Macri, que reduce los plazos para la aprobación de medicamentos en el país, cuando ya cuentan con el aval de organismos de control internacionales como la FDA de Estados Unidos.
En cuanto a la industria farmacéutica, compuesta por más de 250 laboratorios que producen tanto para el mercado interno como para exportar, hay un déficit comercial creciente, que el año pasado fue de u$s 1.300 millones. La facturación del sector fue aumentando de 2011 a 2015 a un ritmo del 4% al 8%; y en 2016 el crecimiento fue del 14% hasta alcanzar los $ 70.000 millones. Sin embargo, cuando se toma el dato en dólares, se mantuvo casi constante, desde los u$s 4.332 millones en 2011 hasta los u$s 4.665 en 2016.
«El problema es que si se liberan precios sin control, se desfinancia el sistema», comentó en la apertura de las Jornadas el ex ministro de Salud y actual presidente de la Asociación Economía y Salud (AES), y advirtió que «los medicamentos y tratamientos más caros no siempre implican una mejora sustantiva en la vida de las personas». González García destacó que el sector Salud representa un 10% del PBI mundial, y el gasto en medicamentos y tratamientos «viene aumentando en todos los países. Por eso hoy se necesitan políticas nacionales de medicamentos, regulación de precios, y estudios pertinentes al momento de invertir en nuevas drogas».