Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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Hace instantes, tal como habíamos anunciado, se inauguró en la Sociedad Española la muestra de alumnos del taller de Fernando Sancho. Familiares y amigos de los expositores concurrieron masivamente en un momento tan significativo para ellos, y que resume un año de intensa labor. La muestra continuará abierta mañana, domingo 17, a partir de las 20 hs.
Dialogamos con tres de las expositoras; Ana Sacchi, Alba Schumacher, y Fabiana Russo, quienes relataron su experiencia. En el caso de Schumacher, fue una sorpresa que nos comentara que lleva 30 años yendo al taller. Ana y Fabiana son alumnas más recientes, pero el común denominador que destacaron es la camaradería y el buen clima que predomina en cada clase: “Si a alguien le cuesta resolver algún trazo, una pincelada, nos ayudamos entre todos, además de los consejos que nos da Fernando”, enfatizaron. “Compartir un desayuno, dedicar ese tiempo para algo que nos gusta, es lo que más valoramos”. Schumacher dijo que recuerda el primer día que que asistió y conoció a sus compañeros: “Lo único que puedo decir es que estaba muy nerviosa, nunca me imaginé que iba a quedarme en este lugar tres décadas”. Todas ellas explicaron que la motivación que las llevó a tomar clases estuvo ligada con aprender algo nuevo y explorar la creatividad, y a su vez afirmaron que no tienen un estilo definido al momento de emprender una nueva obra.
Marta Pippo, quien también conversó con este medio, es una casi una “alumna vitalicia”, como en el caso de Alba: “Yo entré un año después que ella, así que hace 29 que vengo. La verdad es que siempre es un placer no sólo seguir viniendo al taller, sino exponer. Hoy traje tres obras, todas ellas las hice este año, y creo que cuando ocurrió la pandemia todos extrañamos el hecho de compartir, más allá de que cada una podía pintar en su casa”.
Amenizó la velada, con una extraordinaria actuación, el joven Alexis Costa (16), quien toca el acordeón desde los 5 años y fue aprendiendo con diferentes docentes y músicos. Tiene un gran futuro, dejó una gran impresión en el público y se llevó todos los aplausos. Es estudiante del Colegio Comercial y dijo a LOBOS 24 que su deseo al terminar el Secundario sería continuar dedicándose su instrumento, lo cual seguramente le abrirá muchos caminos.
Fernando Sancho, por su parte, dijo a la prensa: “Es una tradición de todos los años realizar esta exposición, casi siempre ha sido en diciembre. Hoy están presentando sus obras alrededor de 16 alumnos, en su mayoría con dos cuadros cada uno, en otros casos tres, según el tamaño y el lugar disponible. La premisa desde que comencé con el taller, hace casi 40 años, es darles la libertad de que elijan el estilo que deseen y que le otorguen a cada obra su propia impronta. Como podrán comprobar quienes visiten el salón, hay una gran variedad: Rostros, naturaleza muerta, paisajes, entre otros”.
Ante una pregunta puntual, sostuvo: “No sé si hay una influencia mía o no, yo simplemente les transmito lo que sé hacer, que es la pintura realista que se aproxima también al hiperrealismo, pero el estilo y los detalles se van depurando con el tiempo. Los alumnos se han renovado, pero también están aquellos que están desde hace 30 años, algo increíble. A veces es un dilema, porque en el mismo taller tenés una persona que pinta hace tanto tiempo, y otra que empezó hace un mes. Pero pese a todo, la diferencia no es abismal. En cuanto a las técnicas, la mayoría elige el óleo, al igual que yo, porque permite corregir al no secarse tan rápido, también están aquellos que prefieren la acuarela. Y tanto para mí como para mucha gente, pintar es la mejor terapia que se puede hacer, porque te sentás delante del cuadro, te metés en cada detalle, y te olvidás de todo lo demás, cuando querés acordar ya pasaron dos horas. La gente, cuando llega a la edad de jubilarse, encuentra acá un buen espacio para socializar y relacionarse. Tengo 86 años, a esta edad ya me cuesta más, por eso desde 2015 dejé de dar clases a niños. Llegué a tener casi 70 chicos y jóvenes en el taller, divididos en distintos grupos y horarios. Por supuesto que me encantaba hacerlo, pero era muy demandante”.
