Tras el triunfo de Javier Milei, que asumirá la presidencia el próximo 10 de diciembre se abren nuevas incógnitas que tendrán impacto en tierras bonaerenses. Una de ellas tiene que ver con la economía y el cumplimiento o no de cada una de las propuestas realizadas por el libertario durante su campaña.
El principal foco se posiciona en la modificación de los fondos por coparticipación. El presidente electo se manifestó en distintas oportunidades dispuesto a pasar la motosierra sobre los recursos destinados a las provincias por parte del Estado nacional.
El plan se encuentra esbozado en la plataforma electoral que lo posicionó hacia la Casa Rosada. En este sentido, LLA había planteado en ese documento «la eliminación de la coparticipación” en una tercera generación de reformas. Para ello, se adhirió a un escrito realizado por la Asociación Argentina de Contribuyentes, la inequidad en el reparto de recursos a las provincias, como también las propuestas para prescindir de los fondos coparticipables.
En lo que hace al plano de la gestión provincial, lo más urgente a resolver para Kicillof es la presentación del Presupuesto 2024. Hace pocos días, desde la Gobernación bonaerense señalaron que el resultado del balotaje iba a ser crucial para la presentación de la iniciativa. Si ganaba Massa, lo presentarían esta semana, pero que si triunfaba Milei dilatarían la presentación para más adelante.
«La provincia de Buenos Aires si no hay coparticipación no paga sueldos, y no es para asustar ni agitar fantasmas, es la realidad”, dijo Kicillof sobre lo que podría pasar en caso de que Milei plasmara en los hechos sus planteos de ajuste y reformas sobre la distribución de recursos federales.
La ley de leyes marcará a fuego el proyecto de gobierno y es un punto extremadamente sensible que preocupa en la capital provincial. El pago de salarios, las obras de infraestructura en salud y educación, depende en gran medida de los fondos provenientes de Nación.
Ya había advertido Kicillof (en medio de la campaña), que “si gana Milei voy a ir a pedir plata y me van a dar una motosierra”. Con una coparticipación que la desfavorece, Buenos Aires necesita sí o sí recursos del gobierno nacional. En los últimos 20 años no se ha dado la situación de que el Presidente y el Gobernador sean de sectores políticos diferentes, lo cual se vislumbra como un problema a la hora de conseguir financiamiento.
Cabe recordar que, en octubre de este año llegaron al territorio bonaerense $328.289.304,9 millones en concepto de coparticipación nacional y el año pasado en el mismo mes la transferencia fue de $150.559.960,7 millones. Esa diferencia de $177.729.344,2 millones implicó que los recursos federales crecieran un 118.4% en la comparación interanual. No obstante, aún está en duda como seguirá este esquema teniendo en cuenta la fuente de recursos y las modificaciones impositivas que quiera llevar adelante la próxima administración.
Los recursos transferidos a las administraciones provinciales surgen desde tributos tales como el IVA, el Fondo Compensador, el impuesto al Combustible y el gravamen a las ganancias. Se excluye para este informe cualquier dinero que llegue por fuera de la coparticipación nacional de impuestos, todos ítems que podrían sentir el impacto de la motosierra del gobierno de La Libertad Avanza.
Estos puntos no pasan inadvertidos en el gobierno. En tal sentido, la senadora Teresa García señaló a Radio Provincia que “Me imagino un vínculo institucional, normal, como Gobernador de la Provincia más grande del país, con una serie de programas que deben continuar, aportes para la obra pública y la seguridad que deben continuar, porque no se trata una cuestión de dirigentes políticos, el tema es que hay 17 millones de bonaerenses que mañana van a necesitar lo mismo que necesitaron el viernes”.
En diálogo con LaTecla, la economista Eva Sacco dio su parecer sobre las intenciones del presidente libertario sobre los recursos provinciales: “La coparticipación no la puede recortar porque se necesita una ley para eso. Pero la provincia depende de los fondos de transferencias, y eso sí lo va a cortar. Entre otras cosas, veo un panorama difícil para la obra pública que estaba proyectada o próxima a ser licitada”.