Este martes 31, como hace más de 5 años, LOBOS 24 estuvo cubriendo periodísticamente este particular fenómeno que se viene dando y que claramente «llegó para quedarse». No vale la pena extenderse en el hecho de que estas celebraciones que poco tienen que ver con nuestra idiosincrasia (tal es el caso de Halloween o del Día de San Valentín), y que tienen auge en Estados Unidos y otros países anglosajones, hayan comenzado a masificarse en nuestro país, donde han sido adoptadas por niños (en el caso de Halloween) o por adultos (tal como ocurre con San Valentín).
Los lectores saben que es así. Y no es casualidad que cada vez haya más negocios de cotillón que aguardan esta fecha para incrementar sus ventas. De todos modos, consideramos que no hay que ser tan drásticos, en la medida que los chicos pasen un momento distendido y de diversión. El epicentro de los festejos fue la Plaza 1810, y en esta ocasión, pese a ser un día laborable y que la mayoría de los niños concurrieron acompañados por un familiar, la concentración de público levemente menor a la de 2022, en parte porque este 31 de octubre el clima se presentó con lluvias intermitentes, pero quienes ya habían comprado las máscaras, trajes y demás accesorios para que sus hijos festejaran, obviamente lo hicieron con la idea de que los niños tuvieran la oportunidad de lucir esos atuendos.
También, como es habitual, hubo muchos chicos yendo a comercios céntricos a pedir golosinas, tal es la tradición que estamos acostumbrados a ver en series o programas foráneos. Y el punto más álgido, de mayor concurrencia, se registró pasadas las 17:30 hs.
Lo que sí podemos afirmar, es que el festejo es esta oportunidad se realizó con moderación, lo cual siempre se puede lograr de una forma más eficiente si los menores tienen la compañía de un adulto responsable. Paulatinamente, ese objetivo se va consiguiendo. Así y todo, algunos que ya hace tiempo dejaron de ser niños y a simple vista no tenían nada que hacer allí, se excedieron con la nieve artificial, lo cual está fuera de lugar porque todos tienen derecho a pasar una tarde tranquila en la Plaza. Podría decirse que todo transcurrió con normalidad, al menos durante el tiempo que permanecimos en el predio.
Fue así como hoy en Lobos, varios niños recorrieron el Centro ataviados con disfraces típicos de Halloween, que -como decíamos al comienzo- tienen muy buena demanda, algo impensado hace casi una década, cuando no abundaba stock de este tipo de productos. Algunos vecinos nos enviaron mensajes vía WhatsApp y Messenger expresando cierto malestar porque se trata de una celebración foránea y ajena a nuestras tradiciones. Lo cierto es que una cosa no quita la otra, debemos ser tolerantes y pensar que los chicos bien pueden conocer nuestras raíces y a su vez adoptar hábitos o costumbres que nos surgieron aquí. Además, los contenidos pedagógicos que ellos mencionan son aprendidos por los alumnos de cualquier escuela, sea pública o privada.
Halloween tiene su origen en la festividad celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de todos los santos. En gran parte, es una celebración pagana aunque algunos consideran que posee un trasfondo religioso. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición a América del Norte a principios de la década de 1840.
Por eso, en rigor de verdad, Halloween no tuvo su origen en los Estados Unidos. La palabra Halloween es una derivación de la expresión inglesa All Hallow’s Eve (Víspera del Día de los Santos). Paulatinamente comenzó a celebrarse en los países anglosajones, principalmente en Canadá, Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido. La fuerza expansiva de la cultura de EE. UU. fue lo que hizo que Halloween se haya convertido en un evento masivo también en otros países occidentales.