Adaptándose a los tiempos que corren, pero conservando intacta la esencia e impronta de su fundador, el recordado sacerdote Luis Troiano, este domingo 20 se está desarrollando la 55° edición de la Fiesta Grande del Día del Niño, que cada año brinda nuevos ingredientes que son del agrado de los más pequeños
Estos populares festejos demuestran, una vez más, la expresión de la solidaridad que despierta un evento de más de medio siglo de permanencia: comerciantes, artistas, músicos, empresarios, voluntarios que desde muy temprano le pusieron el hombro a la fría mañana de hoy: Todos dieron lo mejor de sí para que fuera posible disfrutar de una jornada distinta, de un domingo como los niños se merecen. Y cualquier denominación que el lector considere más apropiada (como Día de la Niñez, Día de las Infancias, u otras) es válida para referirse a este evento.
Una tendencia que se ha consolidado en los últimos tiempos, tiene que ver con que cada barrio organiza sus propios festejos (al igual que las localidades de la zona rural), y para muchos niños y sus familias es más frecuente participar de ellos, porque les queda más cerca que concurrir hasta el Centro. Pero, por supuesto, eso no le quita protagonismo ni vigencia alguna al tema que nos convoca en esta nota.
En su 55° edición, a partir de las 8 hs. de hoy, la jornada comenzó con el tradicional chocolate con tortas y facturas por en la esquina de Albertini y Salgado, que vino muy bien para dar inicio a la actividad, en una mañana que no se presentó tan fría como los días anteriores, y con el cielo despejado. La cantidad de juguetes que se repartieron superó todas las expectativas, de hecho, los organizadores ya habían anticipado que había alrededor de 4.000, tanto para sortear como para entregar a todos los chicos que se hicieron presentes. Tanto niños como niñas formaron una misma fila para recibirlos, de esta manera se evitó que se produjera una gran concentración en el mismo lugar, y se agilizó la distribución.
Milton un niño que ganó un violín obsequiado por Promúsica en año pasado, en esta oportunidad subió al escenario y con gran satisfacción para él y los suyos, interpretó una breve pieza musical que fue del agrado de la multitud, porque no caben dudas de que tiene mucho potencial y talento para desarrollar.
En horas del mediodía y para permitir que el público pudiera permanecer en el predio se regalaron 1.200 panchos, 1.200 jugos y 1.200 helados. Fue una idea que tuvo buena aceptación el año anterior y por ese motivo se decidió redoblar la apuesta incorporando los helados.
Ya por la tarde, a partir de las 14 hs, tendrá lugar la parte recreativa, con gran variedad de juegos en todas las calles que rodean la plaza, 2.000 bolsitas de pochoclos, 2.500 bolsas de golosinas, palo enjabonado, carreras pedestres, gateo, carritos con rulemanes.
Habrá asimismo stands de Bomberos, Defensa Civil, Policía, Toyota, avistaje de aves, básquet, tenis, golfito, fútbol, actividades varias deportivas, y la carpa de arte, se suma la cámara para selfies y también habrá inflables.
Los dos primeros que lleguen a lo más alto del palo enjabonado, se llevarán una bicicleta, y también se sortearán dos bicicletas entre las duplas que compitan en los carritos con rulemanes, entre todos. Hay 16 rodados en total para entregar entre los niños presentes.
Cabe mencionar que, así como en 2022 se rindió homenaje a Néstor Apella, un gran colaborador ya fallecido; en esta ocasión, al comienzo de la tarde, se hará un reconocimiento a la figura de Cachito Federico, quien era el emblema del palo enjabonado en cada encuentro, y obviamente todos quienes integran la Comisión tienen un recuerdo permanente de ambos.
Se estima que el cierre será alrededor de las 18 hs, a todo ritmo, con “Suena la Percu”.