Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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Este miércoles 16 de agosto, tuvo lugar la Procesión y Misa por San Roque, en la Capilla ubicada en la calle Las Heras, a media cuadra de la Plaza Tucumán. Decenas de fieles concurrieron a participar con gran fervor para rendir culto al “Protector de los enfermos”.
En diálogo con la prensa, el Párroco Luis Mena expresó: “Estamos contentos de poder celebrar esta festividad con la comunidad, inclusive hasta el clima nos acompañó y nos permitió realizar la procesión. Así como San Cayetano moviliza a los fieles, lo mismo sucede con San Roque. No caben dudas de que ha tomado el corazón de los lobenses, sobre todo mirando hacia atrás y recordando lo que fue la pandemia. Este santo es el protector de los enfermos, y la historia también nos relata su vínculo con los animales. La devoción varía según el país Y la región. Como decía al comienzo, vamos a seguir invocando para que el Señor nos continúe liberando de todo mal y nos otorgue salud. En esta oportunidad, tal como lo venimos llevando a cabo hace unos años, también hacemos la bendición de las mascotas. Uno de los milagros que San Roque es la curación de la herida que un perro le causó, y fue así como el grupo de la Capilla nos propuso esto para aquellos que quisieran».
«La idea de ir hacia las capillas, como en este caso, va más allá de tener un Templo Parroquial, porque lo que venimos predicando, que es salir al encuentro del hermano, tiene que ver con esto. Nuestra intención es descentralizar en los templos que existen en cada barrio. Son lugares donde se vive la presencia de Dios en el seno de la comunidad», subrayó el sacerdote antes de comenzar la Misa.
En su Homilía, luego de la lectura del Evangelio, el sacerdote agregó: «Muchas veces, lo que nos hace sanar lo interior, es el encuentro con el otro, salir de uno mismo, de lo que nos preocupa, lo que nos pasa, lo que nos duele. Por supuesto que cada uno de nosotros tenemos cuestiones preocupantes, pero el riesgo es quedarnos encerrados en eso, y una de las herramientas para sanar las heridas interiores, es el encuentro con quien realmente nos necesita, y eso lo logramos sólo si dejamos de mirar el metro cuadrado que ocupamos. Y no nos podemos quedar solamente con lo espitual, porque nuestra vida debe ser oración y acción»
