Entrevistar a Eduardo Napolitano (58), “El Napo” como todos los conocemos, siempre depara sorpresas y anécdotas. En todas las veces que hemos dialogado con él desde LOBOS 24, siempre ha sido en situaciones distintas, pero es notable cómo ha evolucionado en el canto, que es lo que más le gusta hacer y uno de los motivos de la nota que compartimos. Por eso, en este último reportaje, que se emitirá mañana (miércoles 5) por la señal Lobos Digital, nos trazó un panorama de su presente, que lo encuentra bien consolidado. Fue en el marco del programa de TV “Café Doble”, que conduce el periodista Patricio Contrera. El invitado de esta semana es lobense por adopción: Sus padres vivían y trabajaban en Avellaneda, junto con él y su hermano mellizo. Cuando Napolitano tenía 5 años, se trasladaron a nuestra ciudad.
Sobre sus primeros pasos, “El Napo” sostuvo: “Desde chico me gustaba cantar, y siempre lo hice de forma amateur. Empecé a hacerme más conocido cuando grabé un CD de tangos para mis amigos, y uno de ellos me escuchó, se mostró sorprendido por el potencial que podía alcanzar, y fue por intermedio del padre de ese amigo que comencé a relacionarme con un tenor del Teatro Colón, Julio Hurtado, que vive en Marcos Paz. Fue así como él me incentivó a tomar clases de vocalización porque consideró que tenía un timbre lírico, y estuve viajando hasta Marcos Paz durante casi 5 años para mejorar la vocalización, sobre todo en italiano. Yo hasta entonces conocía el tango, el folklore, y la música melódica o popular, pero el canto lírico era algo nuevo para mí, pero además me sirvió para ir aggiornando y mejorando lo que yo ya había aprendido y expandirlo hacia todos los géneros. Podría haber continuado, pero este señor ya es una persona mayor y padece algunas enfermedades, por ese motivo no lo quise molestar, pero como te decía antes, estuve casi 5 años con él. Después seguí mejorando la pronunciación de determinados idiomas, la fonética, para que cada canción suene como debe ser. Es fundamental saber lo que está cantando, porque de lo contrario no podés transmitirle emoción ni sentimiento. Si no sabés lo que decís, no podés cantar, no es auténtico”.
“Todo lo que aprendí me ha permitido superarme, y en mi caso me parece bueno también conocer al autor de una determinada obra, por qué lo compuso, qué quiso decirle al público al momento de interpretarlo. De esa manera vos podés irte metiendo en sucesos de tu vida, relacionarlos, y cantar con más expresividad. Yo te digo lo que me ha resultado útil, pero no quiere decir que sea el dueño de la verdad, por supuesto”, remarcó el entrevistado.
Uno de los momentos que Napolitano recuerda con mayor emoción fue cuando lo invitaron desde el Municipio a participar por los 100 años del Teatro Italiano, donde cantó en el balcón del primer piso ante una multitud. “Eso fue maravilloso, son las cosas que te pasan en este pueblo al cual quiero profundamente, el cariño del público es la mejor recompensa. Y no puedo estar más que agradecido a Dios, a la vida, a los vecinos, porque he tenido la suerte de continuar con esto andando por todos lados, lo tomo muy en serio aunque sea un hobby. La mayoría sabe que yo soy verdulero en un minimercado, y tomó más relevancia todo lo relacionado al canto porque salió una nota en el noticiero de canal 9 que se viralizó y me dio una trascendencia que no me esperaba. Cuando viene una clienta y me dice que es su cumpleaños, ya es costumbre que le cante el feliz cumpleaños, y lo hago con gusto”.
No es un dato menor que frecuentemente es convocado para entonar el Himno Nacional, algo que le genera sensaciones muy particulares. Nos comentó Eduardo: “Que me inviten a cantar el Himno para alguna fecha patria es lo máximo para mí, porque soy argentino aunque tenga raíces italianas. Me identifico con este país, es un orgullo vivir acá, no lo cambiaría por nada. La primera vez que lo hice fue en la cancha de Argentinos de Quilmes, en esa ocasión se dio por intermedio de un conocido. Había un evento ese día, me lo propusieron y dije que sí, había una banda de música. Estaba tan emocionado que tan pronto como empezó a tocar la banda, yo no me acordaba ni cómo comenzaba el Himno. Imaginate los nervios, la ansiedad, estar ahí… O te puedo mencionar cantarlo en Lobos por pedido de los veteranos de Malvinas que obviamente lo cantaron al unísono junto conmigo. Son experiencias muy fuertes. Y haber cantado también en el escenario del Teatro Italiano es otra gran alegría”.
“Mis dos hijos, Octavio y Martina, me apoyan muchísimo en lo que hago. El último domingo fui a cantar a Monte Grande, me acompañó Octavio, que toca muy bien la guitarra y le gusta el jazz. Él también hizo su interpretación y le gustó mucho a la gente. Mi hija también me apoya, por supuesto, pero es un poco más tímida. Por lo general, antes de un show o presentación la gente sabe qué estilo voy a cantar, y eso hace que no se produzca un desconcierto dentro del público. Cuando me contratan, salvo que sea un espectáculo con un repertorio específico, uno puede llegar a un público más diverso. Me han llamado para la Estancia La Candelaria, me han pedido solamente folclore, entonces se concentrás en eso. Ahora con todo el auge de las redes sociales, es más fácil contactarse directamente, un ejemplo de ello fue ese video donde aparezco cantando en la verdulería, como decíamos al principio”.
“Todo lo que sea estilo peña me gusta bastante, para mí es un disfrute: Te juntás con amigos a comer, te piden que cantes algo, y siempre uno se engancha con eso. Si te contratan y no hay una aclaración previa de lo que te pidan cantar, hacés una intro variada y después le podés preguntar a la gente qué es lo que tiene ganas de escuchar, por no general no hay problemas”, enfatizó Napolitano, café de por medio con el periodista.
“En mis ratos libres, escucho casi la misma música que me dedico a cantar, aunque no me queda mucho tiempo libre, esa es la verdad. Viajo tres veces por semana al Mercado Central a comprar todo para la verdulería, yo mismo atiendo el negocio, y todo eso te quita tiempo, pero la verdad es que no me puedo quejar porque sea como fuere, tengo margen para hacer lo que me gusta. Si escucho una canción en la radio que me interesa, la voy ensayando para poder “sacarla” lo más parecido posible a la versión original. Hay artistas que hacen tango con una impronta lírica, y yo intento acercarme a eso”, manifestó, y el resto de sus declaraciones las dejamos en suspenso, para que los televidentes no se pierdan varias «perlitas» del programa de TV, y su potente voz que dejó a todos quienes estábamos en el estudio totalmente admirados. Será cuestión de sintonizar canal 8, al término del noticiero de LTVN.