Tal como como estaba previsto, en la tarde de hoy se celebró en la Capilla San Cayetano (ubicada en la esquina de Salgado y Matanza) la Misa por el Día del Trabajador. Junto con la celebración del Santo que da nombre al templo son las dos festividades más importantes que tienen lugar allí. Además, pudimos comprobar el notable avance de las obras del SUM que se está construyendo en el predio lindero, un salón amplio que ya está techado y cuenta con todas sus aberturas. Sin lugar a duda, su concreción fue posible gracias a la colaboración de todo el barrio y del Grupo de Trabajo que coordina las actividades litúrgicas. Y como es habitual para esta fecha, la participación de los fieles fue masiva, colmando las instalaciones de la Capilla. Inclusive, quienes llegaron sobre la hora tuvieron que presenciar el oficio religioso desde afuera, cerca de la entrada principal.
Tras la lectura del Evangelio según San Mateo, el Cura Párroco, Luis Mena, expresó en su Homilía: “Hoy estamos acá celebrando a San José Obrero, de un modo especial, dando gracias por el don del trabajo, que sin lugar a dudas dignifica y fortalece vínculos además de constituir un servicio comunitario. Les decía al comienzo, muchos de ustedes están hoy aquí para dar gracias por ese trabajo que tienen; y otros estarán pidiendo por lo que les hace falta. Sin hacer una lectura política, lo cierto es que la situación del país no está nada bien, es la difícil realidad que afrontamos y que no podemos ocultar ni negar. Sabemos de muchos hermanos que están privados de trabajo, o tiene un empleo mal remunerado, o en una situación que no tendría que ser. No nos podemos quedar solamente en rezar. Uno en la vida puede tomar dos opciones: ser espectador o protagonista”.
Continuó diciendo el sacerdote, que: “Vemos lo que está pasando, y podemos quedarnos en eso o bien ser protagonistas. Si nosotros no tenemos la posibilidad de crear fuentes de trabajo, por eso en la oración de hoy deseo incluir a aquellas personas que pueden ser creadores de empleo. Y no podemos crear trabajo precario a nuestro propio beneficio, decir “tengo un empleado en negro y le pago dos pesos”. Cuidado con eso, porque hay cosas que como les mencionaba antes, podemos verlas como espectadores o protagonistas. Este tiempo que nos toca vivir nos puede conducir al egoísmo. Si no puedo con lo mío, menos voy a pensar en el otro. Eso es lo que creemos, siendo que es un tiempo en el cual se debe despertar la caridad, que consiste en dar lo que tenemos, pero no lo que nos sobra. Como decía la Madre Teresa, “hay que dar hasta que duela”. La solidaridad no puede tampoco tener rostros: “A este le doy, al otro no, porque cobra esto o aquello”, o porque es pobre pero sin embargo tiene un teléfono caro. ¿Acaso no tiene derecho a tenerlo? Por supuesto que después podríamos hablar de la escala de valores de cada persona, y en fortalecer la cultura del trabajo. Todo eso es correcto, pero Jesús cuando multiplicó los panes para alimentar a la multitud que lo seguía, no pensó que a uno le daba y al otro no. No podemos caer en mezquindades. Si empezamos a poner objeciones a la caridad, es porque no queremos meternos y salir de esa área de comodidad. Si frente a cada necesidad empezamos a juzgar, vamos justificándonos en nuestros pensamientos el hecho que no comprometernos».
En diálogo con LOBOS 24, el Padre Mena dijo: «Luego de haber estado casi dos años parados, es un gran satisfacción ver cómo ha avanzado la obra del SUM, con la colocación de las ventanas, y faltan algunos detalles, pero ya está casi listo para ser utilizado en las actividades que la Capilla necesite, como las ferias de ropa, los chicos que concurren a catequesis, etc. Detrás de todo esto está el esfuerzo de mucha gente de que una u otra manera ha colaborado para hacer posible este sueño. Es un barrio con un gran sentido de pertenencia, y el desafío es ese: Que la comunidad sienta a este lugar como propio. Y con respecto a lo que celebramos hoy, no podemos ser indiferentes antes los hermanos que no tienen trabajo e indudablemente la están pasando mal. Las autoridades competentes deben hacer un esfuerzo para revertirlo, pero también nosotros desde el lugar que nos toca. Desde la Parroquia tenemos como forma de asistir a las familias dos líneas principales: Cáritas, y también La Olla, que es un servicio alimentario que brindamos una vez por semana, y donde colaboran muchos vecinos en la cocina para llevar un plato de comida caliente a quien lo necesite».
Luego se bendijeron herramientas de trabajo y de estudio, como es habitual, y al término de la Misa se realizó un festival artístico y musical, con servicio de cantina.