Fuentes confiables hablaron con este diario, en relación al robo ocurrido días atrás (el 30 de marzo por la madrugada) en el Country Club de la Ruta 41. Hay algunos avances en la investigación, y vamos detallar sólo algunos datos que estamos en condiciones de adelantar.
Los cuatro sujetos, como era previsible, no ingresaron al predio por el acceso principal. Por lo tanto, al revisar las cámaras de seguridad, no se halló ningún registro fílmico de su presencia. Todo parece indicar que el modus operandi sería el mismo de un robo anterior, cuando sustrajeron una desmalezadora. Es decir, haciendo un hueco por uno de los alambrados laterales.
Por otra parte, queda descartada la hipótesis de que la casa haya sido «marcada» o que los delincuentes hayan hecho un trabajo de inteligencia previo (lo que se conocer en la jerga como «escruche»). ¿Por qué? En principio, porque para que cuatro personas ingresaran con fines de robo, se supone que tendrían en mente un botín importante. Sin embargo, en la casa donde vivía una mujer sola y que ellos mismos violentaron reduciendo a la víctima, se llevaron una suma en pesos (que no podemos revelar), pero que no es significativa para un golpe de estas características. Es posible que hayan merodeado e intuido que había una sola persona en la vivienda, pero por el momento es una débil suposición. Todo lo que mencionamos refuerza la hipótesis de que se trató de un robo al voleo, ya que reiteramos que la plata que se llevaron no es una suma importante como para que cuatro malvivientes irrumpieran con semejante despliegue como lo hicieron.
Todo ello nos hace recordar que en otro barrio privado (concretamente La Federala), el 24 de enero de 2022 se produjo un cinematográfico robo en al menos dos fincas, sin embargo uno de los propietarios hizo la denuncia y el otro desistió de hacerla, por motivos que nunca quedaron del todo claros. Y en esa ocasión, sabiendo que en cualquier entrada a un barrio cerrado o a un country hay vigilancia permanente, también entraron al predio haciendo un hueco en el alambrado perimetral. La única manera que podrían haber entrado como si nada es haciéndose pasar por un pariente o familiar de alguien que sí vive allí, pero es una maniobra para la cual hay que conocer nombres reales, datos certeros (reuniones, cumpleaños) y por ende es demasiado riesgosa para aparentar ante los vigiladores.
Veremos, pues, cómo siguen las pesquisas, porque más allá del dinero o los objetos de valor que se puedan robar estos sujetos, el shock emocional que atraviesa cualquier persona cuando se ve sorprendida por desconocidos, en muchos casos encapuchados, resulta casi imposible de tolerar o sobrellevar.