Como los lectores sabrán, desde hace tiempo un grupo de organizaciones ambientales de Lobos viene realizando estudios y muestreos para determinar la contaminación que hay en distintos sectores del partido, y el costo que ello representa para el INTA Balcarce (que fue la institución elegida) ha sido solventado por el aporte de los vecinos. Poco tiempo después, el Municipio decidió realizar sus propios estudios ante el CEPROCOR, un laboratorio de Córdoba, que consta de cuatro muestreos en distintas etapas del año. Para esclarecer muchas dudas o suspicacias que surgieron a raíz de esto, dialogamos con la Directora de Políticas Ambientales, Victoria Basualdo, quien aceptó ser entrevistada por LOBOS 24. Por supuesto, no fue el único tema sobre el cual la consultamos, de hecho, se está trabajando con las industrias de la ciudad para la obtención de un certificado de aptitud ambiental, y brindando el asesoramiento para que se pueda acceder a la normativa. Y también se habló de cómo está funcionando la Planta de Reciclado, sobre todo de los residuos que efectivamente sí se pueden reciclar y que permiten que el Municipio los pueda vender.
Pero le damos prioridad a la polémica que se creó en torno a los estudios ambientales, porque esta nota revela lo que la funcionaria cree y sostiene. Algunos estarán de acuerdo, y otros no. Como medio de prensa, abrimos el debate.
Concretamente, sobre el estudio ambiental que el Municipio encargó, Basualdo comenzó diciendo: “Nosotros decidimos hacer nuestros propios estudios porque no podemos asegurar la calidad de las muestras que ellos toman, ya que no hemos estado presentes cuando eso ocurrió. La toma de muestras y la cadena de custodia hasta que llega al laboratorio tiene que estar bien realizada para que nosotros podamos confiar en el resultado. Yo no digo que estemos desconfiando del resultado del laboratorio del INTA, porque es reconocido y ha hecho diferentes análisis de este tipo. Pero desde el principio, cuando las organizaciones ambientalistas empezaron a realizar esos monitoreos, fue manejado de una forma un poco rara, hubo bastante conflicto, y en ningún momento se dio la posibilidad de realizar estos estudios de forma conjunta o para que el Municipio pudiera intervenir. Por eso no pudimos participar del muestreo ni de la elección de los lugares donde iba a hacerse. Cuando los ambientalistas empezaron estos estudios, no estábamos participando desde el Ejecutivo, todas las gestiones y las reuniones que mantuvieron las hicieron desde el Concejo Deliberante. Cuando se dieron a conocer los resultados del primer monitoreo, nos enteramos en ese mismo momento que los hicieron públicos a la comunidad. No hubo un acercamiento previo ni pudimos mediar o charlar nada al respecto”.
“Por ese motivo, y dado el nivel de conflicto y confusión que se generó en la población, y como dije antes, al no tener conocimiento previo de los lugares donde se realizaron los muestreos, fue decisión del Ejecutivo realizar un monitoreo, elegimos el laboratorio CEPROCOR por ser el que nos recomendaron varios profesionales y por estar acreditado bajo normas de calidad ISO”, agregó.
“Y se tomó esa decisión para no solamente para tener un resultado y sacar conclusiones alarmantes en base a él. Nosotros consideramos que no podemos concluir o afirmar que hay contaminación de suelo en base al resultado de un solo estudio. Lo que corresponde es hacer una valoración de ese riesgo, y analizar de ese riesgo es inaceptable, o si por el contrario es aceptable. En este último caso, se pueden hacer cambios o modificaciones para reducir el nivel de contaminación. Por todo esto, creemos necesario (para llegar a conclusiones certeras y precisas), tener una visión global. La OMS recomienda que cuando se hagan estudios de este tipo podamos tener una visión estacional, debido a que las condiciones climáticas varían, y ese fue el objetivo de hacer cuatro estudios en función de los períodos estacionales. Es decir, repetir el muestreo en los mismos lugares, cuatro veces en el año, ya venimos haciendo tres, y el último será en diciembre. Por un lado, estamos haciendo un muestreo que permitan analizar los contaminantes de origen agropecuario que haya en el agua superficial, agua de consumo y en el suelo. Y por otra parte, los niveles de arsénico en el agua de consumo”, prosiguió.
Reiteró Basualdo que: “El laboratorio que elegimos está acreditado ante el organismo pertinente, cuenta con el instrumental necesario para brindarnos un resultado exacto y preciso, y como te decía al principio, no sólo toman las muestras sino que nos aseguran la preservación de la cadena de custodia. Nosotros como Municipio, no intervenimos ni manipulamos ninguna de esas muestras. Son los profesionales de laboratorio quienes toman las muestras y las sellan y las precintan para garantizar que al ser analizadas estén en las mismas condiciones que cuando se extrajeron, conservadas a 8° C. Cuando llegan a laboratorio, se mantienen a la misma temperatura, hasta el momento en que sean analizadas. A nivel municipal, sólo acompañamos para ir abriendo las bombas de agua y que ellos puedan hacer el muestreo”.
Amplió sus dichos al sostener que: “Lo primero que vamos a hacer es analizar los resultados que surjan de cada muestreo, y hacer una comparación a nivel estacional, para determinar si hay alguna variación en una época del año en particular. Con respecto al arsénico no creemos que los valores cambien, en principio porque estamos en una zona acre y está presente en el agua, y la proporción será la misma. Sí puede haber diferencias en la cantidad de plaguicidas o agroquímicos que se encuentren. Se están analizando 142 componentes (técnicamente denominados analitos) en el agua y en el suelo”.
Con respecto a lo que la funcionaria mencionó en un tramo de la entrevista, la pregunta que hicimos fue si no estaban al tanto de las acciones que los ambientalistas lobenses venían llevando a cabo desde el HCD, donde han venido trabajando en una comisión con distintos actores o instituciones. En relación a este tema, Victoria manifestó: “Desconozco si desde el Ejecutivo se tuvo algún tipo de acercamiento con el Concejo. De mi parte, yo no lo tuve, como Directora de Políticas Ambientales. De parte del Intendente y del resto del Ejecutivo, no lo sé. Si las organizaciones intentaron un acercamiento, habría que preguntárselo a ellos porque yo no tengo conocimiento de eso. Y hablo desde el cargo y desde el área en la que estoy, y por lo tanto no participé de las reuniones que ellos estaban haciendo en el Concejo. Sabía que se estaban llevando a cabo, me unía a la Facebook Live para ver los debates que se realizaban, pero lo hice por el interés de saber cómo funcionaba la Comisión”.
“Entonces, cuando se difundieron los resultados, debo decir que a muchos de los chicos los conozco y enseguida pude contactarme con ellos, les pedí que me pasaran los informes y me entregaron copias de los mismos; ellos utilizan normativas de la Unión Europea y yo los contrasté con la normativa nacional en cuanto a los valores máximos permitidos. Con esto quiero decir que hubo una evaluación de esos resultados. Hubo presencia de agroquímicos en el agua en pequeñas cantidades, puede que en alguna que otra muestra haya habido una cifra más preocupante, pero yo también consideré que era necesario realizar otro estudio como el que venimos llevando a cabo y tener un conocimiento de la situación local”.
“Nosotros no podemos tener una Ordenanza que diga los parámetros máximos permitidos, porque ya existen leyes nacionales que los establecen. Lo que sí se pueden hacer, en una normativa u ordenanza, es regular la aplicación de los agroquímicos. De acuerdo a las conclusiones a las que lleguemos sobre la presencia de los mismos en las napas, en el agua superficial, y en el suelo, el Legislativo contará con elementos para evaluar cómo van a diseñar la Ordenanza y así determinar no sólo la regulación, sino cómo el Municipio va a controlar. Y el Ejecutivo también puede presentar su propio proyecto para que sea tratado y modificado por los concejales de ser necesario”, concluyó.