Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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Este domingo 7, tuvo lugar en la Capilla San Cayetano, ubicada en las calles Salgado y Matanza, la celebración de la Festividad del Santo homónimo, que cada año congrega una multitud de fieles en nuestra ciudad y por supuesto, a lo largo y a lo ancho del país.
Luego de realizar una Procesión por las calles circundantes, se celebró la Misa, presidida por el Párroco Luis Mena. El sacerdote, en su Homilía, tras la lectura del Evangelio según San Mateo, expresó: “Lo que nos dice Jesús en el Sermón de la Montaña, acerca de quiénes son Bienaventurados en Su Reino, tiene que ver con las virtudes que reúne San Cayetano, a quien le pedimos por el trabajo, por la paz. Decir que nos toca vivir en tiempos difíciles no es una novedad. Y el riesgo de este momento es el individualismo, que cada uno busque sólo el bienestar personal. Yo pienso en una persona, que puede ser cualquiera de ustedes que está hoy acá, y que ha venido porque necesita un trabajo, que sufre día a día el llevar ese plato de comida a la mesa familiar. Entonces, el pensamiento a veces es: “Si no puedo con lo mío, ¿Cómo voy a poder con los demás?”. Y en este tiempo también está presente el egoísmo. Como no va a haber azúcar o yerba, o aumentará su valor, cuando tengo que acumular lo hago. Es lo que pasa, no estoy diciendo algo que se da en esta crisis, gente que compra con lo poco o mucho que tiene, y lo hace “por las dudas” si tienen la posibilidad. Y el individualismo en un contexto de crisis se siente más fuerte, por eso es necesario un trabajo y un pan solidario. Hoy el pan que yo tengo, me tiene que llevar a cuestionarme por tantas mesas vacías que hay, y como decía un Santo, es digno de asco y abominación un altar decorado si el plato de tu hermano está vacío. ¿Podemos caer en esto? Sí, porque obviamente la situación es difícil, y pensamos: “Si no puedo con lo mío, menos voy a poder con lo del otro”. Y esa necesidad está muy cerca de mí, puede ser mi vecino, un familiar, no hace falta pensar solamente en lugar que popularmente se conocen como barrios carenciados”.
Prosiguió diciendo que: “Cuando entramos en crisis, sabemos lo que pasa: Ese vecino, que cuando las cosas le iban mejor pudo comprarse un auto o una casa con su esfuerzo, hoy no tiene para comer, me tocó como sacerdote escuchar a vecinos que me comentaba esto, porque no soy tan joven y ya hemos pasado antes por situaciones similares. “Padre, no tengo para comer, pero me da vergüenza salir a pedir, porque tengo una casa y un auto, pero fuera de eso no tengo nada”. Por lo tanto debemos tener los ojos más abiertos, porque como decía antes, esto no sucede solamente en un barrio marginal. Y dentro de las posibilidades que tenemos, es un llamado a ser humildes y austeros, no es tiempo de derroche, ni de tirar nada. Por eso, es bueno que nos dejemos interpelar ante varias situaciones que van surgiendo. Debemos ser una comunidad que interceda no sólo para nuestras necesidades, sino para que nuestros hermanos también puedan conseguir trabajo en condiciones dignas”.
«Hoy también es un día en el que voy a pedir por aquellos a los que les corresponde tomar decisiones, nuestros gobernantes, para que Dios los ilumine y puedan encontrar ese camino que saque al país de la situación que está viviendo”, enfatizó Mena.
“Y recemos también por tantos empresarios que tienen la posibilidad de crear puestos de trabajo, para que no tengan en condiciones inhumanas a personas”, concluyó.
Posteriormente, los presentes compartieron el tradicional mate cocido con pan.
