Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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Este domingo, LOBOS 24 tuvo la oportunidad de presenciar en la Biblioteca Sarmiento la versión adaptada del “El gran deschave”, gran éxito del teatro argentino, allá por 1975, pero que en virtud, precisamente, de los detalles que el Director fue puliendo, cobra inusitada vigencia, con ribetes tragicómicos que mantienen el espíritu del guión original de Sergio de Cecco y Armando Chulak, los dramaturgos que plasmaron con maestría este planteo irreverente de la vida conyugal. Cada diálogo está pensado no con la intención de que el espectador sea complaciente, sino como una manera de incomodar, tal como se concibe el arte sin concesiones.
Se trata de una obra intensa, movilizadora, y con algunos diálogos que de por sí trasuntan en clave humorística, pero de ningún modo la obra persigue ese objetivo. El conflicto comienza, en esta versión actualizada que nos plantea y ofrece Dante Mazzeo, a partir de que Jorge y Susana, un matrimonio venido a menos, desgastado por la rutina, se percata de que no tiene señal de Internet, no ende, no funcionan sus celulares y no pueden ver por televisión las series que están tan en boga hoy en día y que son furor en Netflix. Es entonces cuando, por momentos de un modo despiadado y cruel, sin medir el daño que se hacen ellos mismos, se reprochan mutuamente cuestiones de gran peso para cualquier pareja. Es así como en cuestión de minutos se pasa de la risa al llanto, casi sin escalas, como si ambos estuvieran pendulando en una bipolaridad casi patológica. Pero lo más logrado de toda la pieza es cómo nuestros actores vocacionales han podido sostener el desarrollo de este proyecto ambicioso para una puesta que dura poco menos de dos horas. Párrafo aparte merece la aparición de Martinucci, interpretado por Dante Mazzeo, quien nos muestra la estampa del típico sujeto cínico, manipulador y ventajero, como lo hacía Roberto Carnaghi en los sketches de Tato Bores, o el inolvidable Arteche (Gianni Lunadei), a quien Federico Luppi le dedicó la puteada más famosa del cine nacional en “Plata Dulce”.
Es, claramente una comedia negra, quizás parecida a “La guerra de los Roses”, y así vamos trazando influencias contemporáneas para brindar al lector el contenido de “El gran deschave” sin develar en demasía su contenido y menos aún, su imprevisto final. Silen Cambareri y Lucas Rubano brindan una actuación de excelencia, siendo ellos casi los personajes excluyentes que dominan toda la puesta en escena hasta la irrupción del infame Martinuchi. Mazzeo compone dicho personaje con gran oficio, y como nos dijo previamente en una entrevista, decidió hacer dicho papel porque ese personaje marca un quiebre evidente en lo que resta el desarrollo de la trama. Hay varios aspectos a considerar para una obra tan vasta y que brinda posibles lecturas, la más obvia sería la de los cónyuges que se van quitando las caretas mutuamente (es decir, el deschave) con cada una de sus intervenciones, porque Jorge trabaja en un taller y dejará oportunidad para pasarle factura a Susana por “no laburar” y otros asuntos que van “in crescendo” y que hacen que el espectador deba seguir sin descanso cada una de las situaciones que se dan sobre las tablas. Reiteramos: Las actuaciones son impecables porque lograr sortear los escollos que supone este desafío actoral, incluyendo a Mazzeo en su rol simultáneo de actor y director. No es casualidad que la respuesta del público, previo al comienzo de cada función, sea cada vez más intensa, porque las localidades son limitadas a un cupo de 70 personas, aproximadamente, por cada una de dichas funciones.
Concluida la función, el público premió con sostenidos aplausos a todos quienes contribuyen“El gran deschave”, en esta versión que con gran criterio ha planteado Dante Mazzeo, que se posiciona como uno de los grandes sucesos del teatro lobense post-pandemia. Por no mencionar que la reacción final de la platea, constituye una muestra inequívoca de apoyo a nuestros artistas vocacionales. Un consejo: Vaya a verla, no saldrá decepcionado.
