Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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En la mañana de este lunes, luego del velatorio que tuvo lugar en Casa Regina, vecinos y autoridades políticas despidieron al maestro Osvaldo Di Santo, quien falleció el 23 del corriente a los 82 años. Por supuesto, además de ser un medio de prensa, concurrimos en calidad de lobenses «de a pie», porque entendíamos que debíamos ser parte de quien ha dado tanto por la cultura de nuestro pueblo.
El cortejo se detuvo brevemente frente al Palacio Municipal, donde recibió muestras de respeto y cariño de aquellos que supieron conocerlo y admirar su arte. El aplauso espontáneo que, al unísono, todos le prodigaron al final, es el mejor testimonio del aprecio que Osvaldo fue cosechando durante tantos años de trayectoria en diferentes ámbitos, y es –además- el sencillo homenaje del pueblo que lo vio nacer y que él siempre representó de la mejor manera con su talento, que atravesó a varias generaciones de lobenses, como es el caso de una de las obras que el propio Di Santo más valoraba: El espléndido mural “Las Banderas” (1985), que se encuentra en la sala del Concejo Deliberante y que simboliza en sus tres figuras los ideales de la Revolución Francesa en las que se inspiró (Libertad, Igualdad y Fraternidad), y de esa joven democracia que tanto nos costó recuperar.
Esa obra es su mayor legado, porque él mismo quiso que así lo fuera, por más que alguien diga que Di Santo tenga en su haber otras «mejores». Tiene la simbología que él pensó y que verdaderamente encierra, y quizás es lo que lo distingue del resto de su producción artística. Un abrazo Osvaldo, y gracias por las notas y las charlas que tuvimos, las cuales no olvidaré. Como no pertenecía a tu círculo íntimo, supe demasiado tarde la enfermedad que estabas atravesando, el sufrimiento que cada día se volvía más insoportable hasta que tomaste la decisión de terminar con todo. Hasta siempre, dondequiera que estés. Hiciste Patria, pero también hiciste historia.
P.C
