Como es sabido, desde noviembre del año pasado, en la parte posterior del Hospital (Salgado y Mastropietro), comenzó a funcionar una huerta para ofrecer como alimento a los pacientes, verduras libres de pesticidas. La propuesta está dando muy buenos resultados, y el mantenimiento del predio es constante, tanto en el regado del terreno, como en la siembra y la posterior cosecha. Imaginate que vas a la verdulería de tu barrio, pedís un kilo de zapallo y te dan uno solo. ¿Llama la atención, verdad?
Por eso, la nota de color, es que días atrás cosecharon un extraordinario ejemplar de “zapallo inglés” o zapallo de tronco, cuyo peso casi alcanza un kilo (980 gramos, para ser exactos). Por lo general, se siembran verduras de estación, y aunque quizás la cosecha no satisfaga por completo la demanda de los pacientes, constituye una buena iniciativa para brindarles un alimento agroecológico.
Las Lic. en Nutrición María Silvia Capponi y Magdalena Troncoso, detallaron: “Quienes cultivan la huerta son parte de un grupo de trabajo que integran las terapistas ocupacionales, como una forma de promover la reinserción laboral de los pacientes. Esto se complementa con otros programas, y ya desde el 2021, además, articulamos con el INTA, ya que en el servicio de Nutrición se entregan semillas gratuitamente, y la Escuela Agropecuaria. Queremos destacar asimismo la coordinación técnica de Eusebio Pissinis, y del personal de mantenimiento del Hospital”.
“El trabajo se hace de manera rotativa, cada grupo conoce qué tareas debe desarrollar, que por lo general son todos los días en horas de la mañana. En un futuro, podremos lograr un autoabastecimiento de buena parte de las frutas y verduras que consumen los pacientes. Consideramos que es un espacio con mucho potencial para explotar”, precisaron ambas.
“Al igual que en otros ámbitos, el idea de utilizar este predio había comenzado mucho antes, pero durante la pandemia no se pudo continuar. Los directivos del nosocomio gestionaron muchísimo en materia de desarrollo social, para lograr así poder cercar el predio, y conseguir las herramientas necesarias para el cultivo. No podemos dejar de agradecer a la Cooperadora y a muchos vecinos que nos ayudaron. Por ejemplo, para hacer un pozo de agua, listones de madera, alambres para construir el cerco… todo ese acompañamiento que tuvimos permitió que este proyecto resurgiera con más fuerza, articulando entre todos los sectores y servicios”, remarcaron Capponi y Troncoso.