-La increíble historia que unió a Jacqueline Assaro con la familia Roldán de José León Suárez.-
Hace dos años, en vísperas de Navidad, la cañuelense Jacqueline Assaro fue víctima de un asalto en Virrey del Pino. En cuestión de segundos una banda armada le robó su viejo Corsa modelo ´97 que era mucho más que eso: una especie de casa rodante cargada con los insumos que utilizaba en su trabajo de estampados y decoración. Durante horas buscó intensamente en redes sociales alguna pista que le permitiera recuperarlo, hasta que perdió las esperanzas y sintió que ya no lo encontraría, que formaba parte del pasado. Aparecieron cambios en su vida, se abocó a la numerología y a la espiritualidad. Y como una martingala del destino, hace unos días recibió un llamado de alguien que había comprado el vehículo, quien finalmente se lo devolvió sin pedir nada a cambio.
La historia, repleta de humanidad, comenzó el 23 de diciembre de 2019, cuando Jacqueline se dirigía a la casa de su novio de ese momento. Ella manejaba detrás de un auto nuevo perteneciente a la familia de su pareja cuando fueron abordados por una banda armada. Hubo gritos, tiros, gente en el piso y una secuencia de película. El vehículo nuevo se encajó en una zanja y por eso los delincuentes terminaron llevándose el Corsa como premio consuelo.
“Era el primer auto que me había podido comprar sola. Como era viejito tenía un seguro muy básico. Me deprimí mucho porque era mi casa rodante con la que iba a todos lados con mis hijas, donde llevaba los vinilos, telas y materiales de trabajo. Lo busqué desesperada por internet hasta que me convencí de que no lo iba a recuperar, agradecí estar viva y lo di por perdido”, contó Jacqueline a InfoCañuelas.
A las pocas horas un mensaje recibido a través de Facebook reavivó sus esperanzas. Un hombre le escribió diciéndole que le acababan de ofrecer el auto en 4o.ooo pesos. El extraño le propuso realizar la operación para recuperar el vehículo. Ella confió, se encontraron en una estación de servicio del gran Buenos Aires, le dio el dinero pero el supuesto benefactor no volvió más.
“Me relajé, me fui de mochilera a Brasil y cuando volví, una amiga me regaló un curso de numerología. De pronto ingresé en un mundo de espiritualidad que me pareció natural, como si lo hubiera ejercitado de toda la vida”, relató al portal de noticias.
La historia circular del auto comenzó a cerrarse hace aproximadamente un mes cuando recibió el llamado de alguien que le decía que lo había comprado y que cuando concurrió al Registro Automotor para hacer el 08 le dijeron que la firma era “dudosa”. Le pedía que se reunieran para regularizar la documentación.
Antes de concertar un encuentro Jacqueline hizo algunas averiguaciones en la Fiscalía de La Matanza donde se tramitó la causa del robo. Pudo verificar que el expediente estaba archivado y que nunca se había dado el alerta policial; por lo tanto, el vehículo no tenía impedimento alguno para circular. Luego se dirigió a la comisaría de Virrey del Pino donde oportunamente radicó la denuncia. Los efectivos le recomendaron “seguirles la corriente” a los supuestos compradores y pautar un encuentro monitoreado por la policía para poder detenerlos y secuestrar el vehículo.
“Estuve varios días muy angustiada pensando en esa posibilidad. No me gustaba la idea de engañarlos para recuperar el auto. Pensé que tal vez también habían sido estafados y la realidad es que no quería ser parte del engaño. Entonces me decidí, llamé a la mamá de Nicolás, que era el comprador del auto, y le conté toda la historia. Que me habían asaltado hace dos años, que era mi herramienta de trabajo. Que la policía me pedía organizar un encuentro para poder detenerlos. Que yo no sabía si ellos eran buena o mala gente, pero que no quería recuperar el auto mintiendo. Que si ellos querían borrarse, lo podían hacer, pero que yo no quería ser parte de una mentira. Me sentí muy aliviada de haber sido sincera”.
“A la noche la mamá de Nicolás me llamó y me dijo que me iban a devolver el auto. Me explicó que lo habían comprado el 22 de enero de 2020 y que por la pandemia había estado guardado todo este tiempo sin poder hacer la transferencia. Me dijo que la plata va y viene, que el auto era mío y que correspondía que me lo devolvieran”.
El sábado Jaqueline juntó coraje, volvió a confiar y se reunió con la familia Roldán en José León Suárez, en el partido de San Martín. “Cuando los vi me di cuenta de que son gente trabajadora, los abracé y me puse a llorar. Sé que lo compraron de buena fe y obraron de buena fe conmigo. Cuando volvía a Cañuelas en mi autito pensaba que lo que me sucedió no fue suerte, sino el resultado de soltar las expectativas sobre lo que puede suceder, sobre lo que uno imagina de los demás y dejar de lado los prejuicios”.
Le contaron que en su momento pagaron 60 mil pesos por el Corsa y luego gastaron 8 mil en algunas reparaciones menores. Ahora Jacqueline dice que le gustaría hacer una colecta o algo similar a través de su cuenta de Instagram para devolver todo o parte del dinero gastado por los Roldán; compensar de alguna manera el hermoso gesto que tuvieron.