Este domingo 31, fuimos testigos de este particular fenómeno que se viene dando desde hace unos años, y que en 2020 no se realizó en la vía pública por la situación sanitaria. Ya no es novedad el hecho de que estas celebraciones que poco tienen que ver con nuestra idiosincrasia (tal es el caso de Halloween o del Día de San Valentín), y que tienen auge en Estados Unidos y otros países anglosajones, hayan comenzado a masificarse en nuestro país, donde han sido adoptadas por niños (en el caso de Halloween) o por adultos (tal como ocurre con San Valentín). Y no es casualidad que cada vez haya más negocios de cotillón que aguardan esta fecha para incrementar sus ventas. De todos modos, consideramos que no hay que ser tan drásticos, en la medida que los chicos pasen un momento distendido y de diversión. El epicentro de los festejos fue la Plaza 1810, y en esta ocasión, por tratarse de un día no laborable, no se vieron tantos chicos yendo a comercios céntricos a pedir golosinas, tal es la tradición que estamos acostumbrados a ver en series o programas foráneos. Y el punto más álgido, de mayor concurrencia, se registró pasadas las 17 hs.
Lo que sí podemos afirmar, es que el festejo es esta oportunidad se realizó con moderación, lo cual siempre se puede lograr de una forma más eficiente si los menores son acompañados por un adulto responsable. Hubo mucha gente, pero no un descontrol. Así y todo, algunos que ya hace tiempo dejaron de ser niños y a simple vista resultaban adolescentes, se excedieron con la nieve artificial, lo cual está fuera de lugar porque todos tienen derecho a pasar una tarde tranquila en la Plaza. Pero hecha esta salvedad, podría decirse que todo transcurrió con normalidad.
Fue así como hoy en Lobos, varios niños (algunos acompañados de sus padres) se congregaron en la Plaza 1810, en las primeras horas de la tarde, y recorrieron las calles del Centro ataviados con disfraces típicos de Halloween, que -como mencionamos antes- tienen muy buena demanda, algo impensado hace casi una década, cuando no abundaba stock de este tipo de productos. Una señora, que veía a los niños disfrazados, nos comentó con cierto malestar: “Pensar que estos pibes no saben lo que es un gaucho, seguramente nunca han leído el Martín Fierro, y sin embargo les interesan más este tipo de festejos”. Lo cierto es que una cosa no quita la otra, debemos ser tolerantes y pensar que los chicos pueden conocer nuestras tradiciones y adoptar otras, aunque no tengan que ver con nuestra cultura.
Halloween tiene su origen en la festividad celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de todos los santos. En gran parte, es una celebración secular aunque algunos consideran que posee un trasfondo religioso. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición a América del Norte a principios de la década de 1840.
Por eso, en rigor de verdad, Halloween no tuvo su origen en los Estados Unidos. La palabra Halloween es una derivación de la expresión inglesa All Hallow’s Eve (Víspera del Día de los Santos). Se celebraba en los países anglosajones, principalmente en Canadá, Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido. La fuerza expansiva de la cultura de EE. UU. ha hecho que Halloween se haya popularizado también en otros países occidentales.