En diálogo con LOBOS 24, el Gerente de la Sociedad Rural de Lobos, Fernando “Gallego” Ferrari, se refirió a este fenómeno que complica bastante el panorama del sector. En tal sentido, comenzó diciendo: “Estamos en el consumo de carne vacuna más bajo por habitante, menos de 50 kilos anuales. En marzo de este año se registró un consumo de 40 kg. y un incremento de la carne aviar (pollo), que ya venía desde antes. Suena extraño en un país como el nuestro donde abunda la oferta, pero el precio del producto obviamente influyó comparado con el poder adquisitivo de los salarios. Hoy por hoy, la mayoría de la carne que está en las góndolas es de Feed Lot, cerca del 70 %, lo cual insume un costo mayor para la cría del novillito o vaquillona. De todos modos, siempre en esta época el precio de la carne tiende a subir. No sé si con estos números hay preocupación del lado de los productores, creo que más bien es del Gobierno, porque siempre el precio de la hacienda incide en la canasta básica. Yo insisto en que los controles de precios no funcionan, son medidas que ya fracasaron. Hasta que el Gobierno no entienda cómo es el negocio de la carne, las cosas no van a cambiar (…) Cuando Macri fue Presidente creció el stock de cabezas y se estabilizó la baja en el consumo”.
Explicó que: “Puede suceder que, al haber menos consumo, haya más hacienda ociosa, por ende más oferta. Pero lo dudo, porque el gran mercado exportador es China. Está habiendo un control más estricto de los embarques y los kilos por sospechas de sobrefacturación».
«Pienso que en el futuro se va a volver a comer más carne, por supuesto que no vamos a volver nunca a los 80 kg. per cápita de hace 50 años. Influyen varios factores, como el hecho de que más personas se vuelcan al veganismo, pero si sumamos todas las carnes (vacuna, aviar y porcina), seguimos siendo el país con más consumo. Por ejemplo, la carne de cerdo aumentó a cerca de 20 kg. anuales”, añadió Ferrari.
“Lo que el Gobierno implementó, con los cortes populares, es un acuerdo que se hizo con los frigoríficos exportadores, porque los cortes que se venden al Exterior no son los que comemos los argentinos, como asado, matambre, etc. Ese acuerdo establecía poner en las góndolas unas 6.000 toneladas por mes de carne a precios cuidados. Vencía el 31 de marzo, pero lo prorrogaron. Por eso, cuando se sentaron nuevamente a negociar, los que se le pidió al Gobierno es un mayor control de los matarifes que sobrefacturan. Además, a partir de enero de 2022, no se va a vender más carne media res para abastecer el mercado interno, sino por troceo, y cada trozo no podrá pesar más de 32 kg. Esto va a hacer bajar el precio, porque cada carnicería de barrio va a pedir los cortes que más vende. Pero te reitero, los controles de precios sirven para un corto plazo, porque desalientan la producción, y si no hay producción, no va a haber carne suficiente para hacer frente a la demanda”, concluyó el profesional.