Los familiares y amigos del vecino roqueperense Oscar ( “Tero”) Cabral pusieron de manifiesto su preocupación e incertidumbre ante el procedimiento de la investigación de la causa que derivó en su muerte. Falleció el 16 de abril, dos días después de haber sido dado de alta en el hospital de Saladillo. Cabral, de 60 años, trabajaba en una granja avícola de la vecina localidad, donde también funciona un Feed Lot. El colega Abel Barth, del portal Roque Pérez Hoy, viene siguiendo el curso de la investigación, y escribió varias notas al respecto. Le agradecemos la información aportada a LOBOS 24.
Durante la noche del hecho el 6 de abril, una vez que se dio aviso a la policía, según denuncia la familia, el lugar donde Cabral residía dentro del predio se vio invadido de gente (más de 20 personas) sin motivo alguno y solo dos policías sin actuar. El hijo de Oscar intentó en más de tres oportunidades comunicarse con la policía para que dejaran de irrumpir en el lugar y de manipular elementos que podrían servir para la investigación; nunca obtuvo respuesta.
Al mismo tiempo, en el Hospital había siete efectivos policiales, que no permitían pasar a sus seres queridos y ante el reclamo para que vaya del lugar del hecho manifestaron que su labor era cuidar la seguridad del herido; y que debían llamar a la patrulla rural (la cual llegó una hora más tarde a la granja con un solo efectivo policial).
A las tres horas del suceso, se hicieron presentes dos peritos, que pudo observarse que solo tomaron fotos dejando sin trascendencia la indicación de un compañero de trabajo sobre un cable ajeno al lugar con el que posiblemente lo ataron; un martillo el cual estaba en la bacha de la cocina mojado –aparentemente había sido lavado- con el que posiblemente lo habían golpeado en la cabeza (en el informe médico se indica una fisura en el cráneo).
Luego de la insistencia de los familiares (10 días después) la Justicia retiró el martillo que se presume fue el objeto que le provocó la muerte, cabe destacar que al lugar en estos días ingresó mucha gente que alteró la escena del crimen.
En este procedimiento, tampoco se secuestró el celular de ninguno de los presentes. No es un dato menor que luego de esa noche no quedó ninguna custodia en el lugar, como así tampoco se colocaron fajas de seguridad, aún hasta la fecha.
Con fecha 16 de abril, se dialogó con el Ayudante Fiscal por lo que se advierte que este desconoce la existencia del martillo que le propinó los golpes, del cable ajeno al lugar y enterándose de que no se tomaron huellas, que no existían fajas de seguridad, reconociendo la inoperancia de los efectivos que llevaron a cabo los procedimientos.
Al producirse el fallecimiento, la familia debió indicar e insistir para que NO se catalogue como muerte natural, dado que el deceso fue consecuencia de la golpiza recibida, y del alta hospitalaria que debió prolongarse ante el estado de salud general (golpe/fisura en la cabeza, fisura en la pierna y clavícula, diversos cortes y hematomas).
Por todo ello, el asalto y asesinato de Cabral es un episodio que sacude a Roque Pérez, tratándose además de un apreciado vecino. Actualmente la investigación está en manos de la Fiscal Patricia Hortel. La causa está caratulada como Homicidio en Ocasión de Robo.