En la Capilla San Cayetano, tuvo lugar esta noche el tradicional Pesebre Viviente, que recrea el nacimiento de Jesús, con motivo de la celebración de Navidad. Hasta hace dos años, el Pesebre central se realizaba frente al Templo Parroquial, pero actualmente se hace uno solo, que es el de la Capilla.
Graciela Palazzese, colaboradora desde los comienzos, manifestó su satisfacción por la respuesta de la gente que se acercó hasta el predio, y también nos comentó que lograron concluir con la obra del SUM, tan anhelada y que demandó mucho esfuerzo en su concreción (ya están concluidas la aberturas y la instalación eléctrica). “Acá el Pesebre se hizo siempre, desde hace 25 años que es cuando yo me sumé, e incluso desde antes. Por WhasApp convocamos al grupo de catequistas para participar, y la verdad que superó nuestras expectativas, tenemos alrededor de 30 jóvenes que lo representarán hoy”.
Por su parte, el Padre Claudio Mosca, manifestó a la prensa: “La celebración de la Navidad nos invita a hacer este gesto lindo que es la representación del Pesebre como un acto sacramental, nos ayuda a pensar en el misterio que estamos celebrando, y nos introduce en el espíritu de la verdadera Navidad. Para ello hay que buscarle el verdadero sentido, despojados de lo material. No importa tanto qué es lo que uno pone sobre la mesa, ni los regalos, sino si como familia estamos más unidos, si somos capaces de perdonar. Debemos deponer nuestras actitudes en favor del bien común, esa es la clave para celebrar esta fecha como auténticos cristianos. Si escuchamos el mensaje de Jesús, podemos ser mucho mejores, porque Cristo nos propone otra manera de entender la vida, y si no nos tomamos en serio este mensaje, vivimos a medias. Todos debemos encarnar el Evangelio y es así como la vida se transforma. Muchas veces en la vorágine que vivimos, lo que realmente importa es dejado de lado, pese a que los argentinos somos muy familieros, nuestra sociedad valora la familia, y para eso es importante volver a pensar en los vínculos y descubrir que el prójimo también es parte de mi familia, porque trasciende la sangre y los apellidos”.