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Este domingo 15, tuvo lugar en la Biblioteca Capponi el cierre de año del Taller de Arte “Wangulen”, dictado por Silvina Molina y su hija Vanesa Reyna. Dicho taller se dictó tres veces por semana en la institución, y como es habitual, estuvo destinado a niños y adolescentes. Y se hizo entrega a cada alumno del diploma por haber completado todo el año de intensa labor.
En diálogo con LOBOS 24, Silvia Molina nos comentó: “Este año hemos trabajado con técnicas diferentes, como collage y reciclado, hemos pintado un cuadro entre todos los chicos el cual luego será sorteado, y además cada uno de sus alumnos realizó sus producciones. Asimismo realizamos artesanías con motivos navideños. La verdad es que nos ha tocado un lindo grupo, consideramos que es un taller distinto a los que se suelen dar, porque no es algo estructurado en cuanto a lo que los chicos deben pintar, la intención es que puedan crear libremente, que se vayan soltando y se sientan cómodos”.
Precisó Molina que: “Además de enseñarles a pintar, hacemos juegos, buscamos la manera de que sea un espacio recreativo. Seguramente continuaremos el año próximo, ya llevamos 7 años consecutivos y cada ciclo es diferente, hubo años con mayor matrícula que otros, pero siempre hay altibajos. Hubo ocasiones que la muestra de fin de año la hacíamos en nuestro taller particular de artesanías, y luego empezamos a realizarla acá. Se llama Wangulen porque es una palabra de origen mapuche que significa “estrella”, y nos gustó ese nombre para identificarlo”.
“Siempre con motivo de esta fecha los niños hacen artesanías navideñas, en esta oportunidad se hicieron arbolitos decorados en madera. Te diría que trabajamos con muchísimos materiales, como lana, tela, frascos, botellas… no es solamente el hecho de pintar un cuadro, usamos distintas texturas y en los casos donde se puede reciclar, lo hacemos. En estos 7 años han pasado muchos alumnos, algunos continúan de un año a otro, y otros vienen solamente un año de taller, y las edades son entre 5 y 12 años. El mayor desafío es motivar a los más chiquitos. Lo que hay es un efecto multiplicador, porque cuando los chicos ven que sus amigos empiezan a hacer un taller, en muchos casos deciden sumarse, y así el grupo se renueva”, concluyó Silvia, en lo que constituyó la última muestra de este 2019 que se llevó a cabo en la Biblioteca Capponi.
