En una entrevista con LOBOS 24, Dante Mazzeo, director artístico de El Teatrito, nos comentó el éxito que este grupo de actores vocacionales logró con la última obra, “Esperando la carroza”. En tal sentido, sostuvo: “Se agotaron las entradas antes del estreno, se hizo una venta anticipada y aún así hubo funciones que se agotaron en 20 minutos. Había mucha expectativa evidentemente, creo yo que por el título de la obra, por lo que implica y significa, se siente muy nuestra porque uno puede identificarse con los personajes, y es algo que gusta a los públicos de todas las edades. Todavía hay mucha gente joven que se enganchó con la película, la miran todo el tiempo, se saben los diálogos de memoria. Sabía que esta obra podía gustar, pero también tenía el desafío de que lo que presentáramos estuviera acorde a las expectativas. Fue muy difícil estrenar con todo vendido, porque es distinto de cuando vos arrancás y algo funciona por el “boca a boca”. Fue una experiencia muy gratificante para todo el grupo, se vendió hasta el paraíso del Teatro, que es la parte más alta. Sobre todo para quienes hacemos teatro independiente. Alguien me comentó que fue un fenómeno sociocultural haber metido tanta cantidad de espectadores para un grupo de teatro vocacional (…) Yo tomé el libreto original de la obra de teatro, que es de 1962, había también otro guión resumido que fue el que hizo el «Negro» Del Buono en 1999, y como el libreto era muy hablado, traté de hacerlo más dinámico, aunque cuesta sacarle cosas porque los diálogos son muy ricos. Asimismo miré la película y metí dentro de la obra algunas escenas que estaban en la versión fílmica, como las escenas de Mamá Cora. Al final logramos que tuviera una duración de 1 hora y 40 minutos, un poco largo pero menos de lo que esperábamos”.
Pero este éxito de público tiene otro antecedente, que fue “Sinvergüenzas”. Mazzeo fue franco al afirmar que: “Si me preguntás, te puedo decir que fue un suceso que nunca nos imaginábamos, se dieron 13 funciones a sala llena, 300 personas por función, no estábamos acostumbrados a vender entradas anticipadas, estrenamos la obra en agosto de 2015, el fin de semana posterior a la inundación en Lobos, y notamos que la gente buscaba distensión por lo que había pasado. Pero nos superó, te lo puedo asegurar. En el debut había público, pero como era el estreno, nos pareció lógico. No obstante cuando dimos la cuarta función, hubo gente que no pudo entrar porque se había vendido todo, que los vecinos hagan cola desde las 7 de la tarde para conseguir entradas nunca nos había pasado, calculo que en total hubo más de 3.500 personas. Fue como una bola de nieve, fue creciendo de una forma totalmente inesperada para nosotros. Sin embargo fue más sencillo cumplir con la demanda porque hacíamos la obra en el Teatro Parroquial, no teníamos el compromiso de hacer la puesta en el Teatro Italiano donde hay fechas que ya están reservadas para otros espectáculos. Fue una linda experiencia, sobre todo por lo que el público te devuelve: el cariño, la admiración, y que recomienden la obra entre sus conocidos”.
“Ahora estamos trabajando en recuperar la sala del Parroquial, que se nos otorgó en comodato. Pero hay que habilitarla y ponerla en condiciones, hay muchos requisitos que se deben cumplir. Estaba muy descuidada, con el cielorraso lleno de excrementos de palomas, y ahora está a medio camino, tratamos de ver qué podemos hacer con la plata que vamos recaudando. Con la inflación que hay, no alcanza”
Puntualizó Dante, que: “La sala tiene que ser operativa, es decir, estar en condiciones que permitan su funcionamiento. Estamos viendo qué hacemos con el piso, si es necesario repararlo o no, en el caso de las butacas van a ser las mismas porque es carísimo comprarlas nuevas. Los costos son siderales, lo fundamental es arreglar las paredes, pintar, y por suerte pudimos comprar la cámara negra antes de la devaluación, nos costó 80.000 pesos. Todo requiere un tratamiento ignífugo para evitar incendios. Lleva tiempo, y lo que sí creo que es prioritario es calefaccionar a la sala de algún modo, quizás con un par de equipos de aire frío/calor, y armar una “parrilla” con las luces más adaptada a las puestas que hacemos, para ello tendría que estar ubicada en el primer cuarto de la sala. Ya en 2004 habíamos logrado recuperar bastante todo lo que es la platea y la mampostería, después se hizo cargo un señor que pasaba películas y destruyó buena parte de lo que habíamos hecho. Por supuesto que quisiéramos colocar los mejores materiales y equipos, pero no sé si será posible. Lo más importante es que esté apta para ser habilitada, y más adelante se verá como ir sumando. La última obra que hicimos en el Parroquial fue en 2007, con “Chicas Católicas”, y es nuestra aspiración contar con un espacio propio para no tener que abonar un canon por el uso del Teatro Italiano, entre otros gastos”.