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HISTORIAS PARA CONTAR: NORBERTO MOSCOLONI, EL HOMBRE QUE NACIÓ “CON UN PAN BAJO EL BRAZO”

En una amena charla con LOBOS 24, Norberto Moscoloni, propietario de Panadería Aries, nos trazó una reseña de los inicios de un local que ya es “marca registrada”: “Es un emprendimiento familiar, en un principio estábamos con mis padres, luego quedé por esas cosas de la vida con mi madre solamente, luego entró un tío mío en la sociedad, y como todo camino siempre tuvimos el objetivo de avanzar y crecer”, comenzó explicando. Ingresó al Cuerpo de Bomberos en 1975, y desde entonces continúa vinculado a la entidad, de la cual fue presidente varios años.

Añadió que: “Actualmente hay 10 empleados en la panadería, o sea que hay 10 familias que nosotros ayudamos a mantener directamente. Con el correr del tiempo fuimos ampliando la oferta de productos, como pan integral, con diferentes semillas, postres, tortas, confituras. La producción en sí está dividida en panadería y confitería, yo estoy al frente de los panificados y mi esposa Ana María, del sector de la confitería. En cada área tenemos al personal, nosotros supervisamos el trabajo. Te digo que hay empleados de muchos años, hay algunos que tienen 35 años de antigüedad para un comercio que este año cumplió su 40° aniversario. La trayectoria y la dedicación que ellos tienen ponen de manifiesto la calidad de nuestros productos y el compromiso con el proyecto”.

Destacó que: “Fuimos la primera panadería en Lobos en abrir los domingos, fue toda una novedad en su momento, la gente hacía cola para comprar facturas para el mate, por ejemplo. Yo me sigo levantando a las 4 de la mañana como hace 40 años, es algo innato, y no me cuesta para nada. Por supuesto, no es el mismo ritmo de trabajo de los comienzos. Pero esa rutina diaria la mantengo. Estamos en un momento complicado, en el cual cuesta mucho invertir, esto nació de abajo. Soy panadero de profesión, no un capitalista que invierte en un negocio. Y siempre con sacrificio y trabajo, no hay otra receta”.

Noberto manifestó a este cronista, que: “En estas cuatro décadas nos ha tocado pasar de todo, en alguna época tuvimos un apoyo crediticio, y ahí podés aprovechar para comprar nuevas máquinas o actualizar el proceso. La mayor satisfacción es que, así como hay empleados de larga data, también tenemos clientes de toda la vida. Hay gente que se encuentra con mis hijos y les dice: “yo voy a la panadería desde que tus padres estaban de novios”. Yo me casé después con Ana María, y cuando esto recién empezó teníamos un maestro panadero y un maestro confitero. Al poco tiempo me quedé sin la persona a cargo de los panificados y tomé la posta yo. Tres años después ocurrió lo mismo con el área de confitería, y fue así como Ana María se capacitó viajando todas las semanas y se hizo cargo”.

UNA HISTORIA DE MÁS DE 40 AÑOS: “Mis padres tenían panadería desde el año 1960, yo me crié con esto. Pasé toda mi juventud y mi niñez ligado a esto. Con el paso del tiempo fueron cambiando los hábitos de consumo, no se consume tanto pan como antes. Antes se vendía pan, galleta, y algo de facturas. Poner una confitería era muy especial. Y hoy, si no tenés una diversidad de productos adaptándose a las necesidades de la gente, no hay venta. Si se come menos pan, hay que ofrecer nuevas alternativas. Estos últimos 2 años hemos tenido un incremento muy fuerte en la harina que es la materia prima, una compra directa que se paga cuando llega y no puede faltar”.

EL PRESENTE: “En este momento te diría que está todo “planchado”, en un impasse. Indudablemente lo que se tiene que reactivar el consumo, para ello es necesario que se reactive la producción, y a su vez se necesitan más Pymes. Lo que está faltando son créditos accesibles y no a tasas usurarias como las que tenemos hoy. Tengo la esperanza de que las cosas mejoren, pero llevará tiempo, no será el 11 de diciembre. Considero que además de tener una actividad comercial, uno tiene que prestar un servicio de calidad (…) Yo compré el edificio en 1979, pero durante muchos años en ese lugar funcionó la panadería de los hermanos Ritenuti. Posteriormente se alquiló, hasta que llegamos nosotros”.

 

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