-Carlos Castello, de 62 años, fue asesinado luego de haberse enfrentado a la privatización de un acceso a la Laguna de Lobos. Pero la causa se caratuló como suicidio durante dos años. La investigación comprobó que al menos tres policías falsearon su declaración y están sospechados de encubrimiento-.
Tres comisarios y médicos forenses de la policía bonaerense serán juzgados en un juicio que se realizará en La Plata por el crimen del ecologista de Lobos, Carlos Castello (62), ocurrido en 2008.
Los miembros de la fuerza son sospechados de haber sido cómplices de un encubrimiento y falso testimonio tras el crimen de Castello. El juicio estará a cargo del titular del Juzgado Correccional 5, Diego Tatarsky, quien deberá juzgar el rol que tuvieron los comisarios Jorge Antonio Álvarez Ceballos, Karina Marcela Sabules y Pablo Carlos Micelli.
Los tres están en la mira por haber intentado pasar como suicidio al crimen del ecologista, quien se oponía a la privatización de una calle que pasó a estar en manos privadas y les cobraba un canon a pescadores y turistas. También, antes de su asesinato, Castello había mantenido conflictos con la policía.
El hecho fue caratulado como suicidio durante dos años, hasta que el fiscal de Berazategui, Daniel Ichazo, cambió rotundamente esa hipótesis al determinar que la cantidad de pruebas mostraban que el hombre había sido asesinado.
Ahora, el comisario Sabules es acusado de haber falseado su declaración testimonial, luego de que asegurar que “había acudido a la escena del crimen y haber visto que Castello empuñaba un arma, cuando no era verdad», según lo comprobaron las pesquisas posteriores.
Incluso, tiempo después, la mujer terminó reconociendo que ni siquiera había estado presente en el lugar del crimen. Lo que complicó más su situación y la de otros policías.
Por su parte, en otro de los imputados, Álvarez Ceballos, la fiscalía determinó que «con su testimonio, tergiversó las circunstancias fácticas del escenario, toda vez que deliberadamente provocó en la instrucción fiscal una falsa hipótesis del escenario criminal, desviando de esta forma la pesquisa».
EL CASO
Antes de su asesinato el 20 de octubre de 2008, Castello había encabezado la principal resistencia a las autoridades municipales de Lobos por la privatización de una calle que llevaba a la laguna. Esta habría sido un negocio que terminaba restringiendo el libre acceso de pescadores y vecinos del lugar.
Según contó la Agencia Télam por entonces, el ecologista también “había mantenido diferencias con policías bonaerenses que prestaban servicios en el destacamento Laguna de Lobos, al encabezar en varias ocasiones protestas de vecinos que no estaban de acuerdo con el cierre de la calle pública”.
Tras encontrar el cuerpo sin vida del hombre, los peritos identificaron que Castello nunca había empuñado un arma y además no se encontraron restos de pólvora en sus manos. Lo que descartó completamente un suicidio.
También, los peritos comprobaron que el cuerpo había sido removido ya que la posición final del mismo no se correspondía con el de alguien que se haya suicidado. A esto hay que agregarle que el cuerpo de Castello presentaba golpes en su cara y un corte en uno de sus brazos.
(Fuente: Infocielo)