Con el aumento de este mes, la actual fórmula de movilidad de las jubilaciones y prestaciones sociales (pensiones, Asignaciones Familiares, AUH) cumplirá 18 meses. Es un período que permite evaluar si ayudó a mejorar, como se aseguraba la Casa Rosada, acompañar o empeorar los ingresos con relación a la inflación de casi 18 millones de personas.
Los datos oficiales marcan que entre septiembre de 2017 – último mes que se aplicó la anterior fórmula–y enero de 2019 la inflación sumó el 61,2%. Estimando una inflación para febrero del 4% y marzo del 3,5%, en esos 18 meses la inflación ascendería al 73,5%.
En tanto, con el cobro de marzo, los haberes de los jubilados y beneficiarios sociales habrán aumentado en esos 18 meses el 43,7%, 29,8 puntos menos. Representa una pérdida real del 17,2%. Por ejemplo, el haber mínimo subió de $7.246 a $10.410, cuando para mantener el mismo poder de compra de septiembre de 2017 debería ser de $12.572. A lo largo de los 18 meses, la pérdida acumulada actualizada, para un haber mínimo, supera los $22.000, el equivalente a haber dejado de cobrar dos aguinaldos.
A esto se agrega que este año se anuló la devolución del IVA sobre los pagos con tarjeta de débito a los que cobran el haber mínimo, a los beneficiarios de la AUH y personal de Casas Particulares , sumando una pérdida adicional de casi el 3%. Enla ley de Presupuesto 2019 para “el reintegro del IVA a jubilados, pensionados y beneficiarios de asignaciones para protección social. Ley N°27.253” figura una partida de $3.141 millones que no recibirán los ahora ex beneficiarios.
Estos resultados no se pueden comparar contra la anterior fórmula – que combinaba recaudación con suba de salarios– porque tanto Seguridad Social como la ANSeS dejaron de calcularla con el argumento de que “ya no se aplica”.
El cambio en la movilidad jubilatoria formó parte del Consenso Fiscal firmado por el Gobierno nacional y 23 provincias. “Nos tocó la ingrata tarea de votar esto. Todos sabían lo que firmaban, que nadie se haga el distraído”, dijo entonces el senador Miguel Angel Pichetto, quien propuso, y fue aceptado, un retoque a la fórmula de movilidad del proyecto enviado por el Ejecutivo: en lugar del ajuste por inflación, redujo al 70% el índice de inflación y sumó 30% de suba de los salarios formales (Índice RIPTE). Eso determinó una mayor pérdida porque los salarios se fueron y siguen ajustando “a la baja”.
Hay que recordar que desde el Gobierno, la ANSeS y la mayoría de los bloques del Congreso se había asegurado que, con el cambio de la fórmula de movilidad, los jubilados y demás beneficiarios de las prestaciones sociales saldrían beneficiados.
Y hasta se dijo que en 2018 cobrarían entre 4% y 5% por encima de la inflación por la mejora de los salarios. Los números oficiales marcan que la inflación el año pasado fue del 47,6% y las jubilaciones – con los 4 aumentos del año– subieron el 28,5%: una pérdida del 12,9% con relación a la inflación.
(Fuente: Clarín)