-Un nuevo caso de abuso a una menor salió a la luz cuando la adolescente, que ahora tiene 17, decidió denunciar al hombre de 67. Se lo había dicho a su hermana, pero no le creyó-.
Una joven de 17 años relató que cuando tenía 12 la pareja de su hermana, de 62 años, abusó sexualmente de ella. El aberrante caso se registró en Cañuelas, pero para preservar a la víctima (que aún es menor) se omite cualquier dato que permita su identificación.
Según pudo saber este medio, Carla (no es su nombre real) tiene dos hermanas mayores, y debido a que sus padres fallecieron, vive desde hace tiempo en la casa de una de ellas, quien además convive con su pareja, quien hoy tiene 67 años.
Días atrás, Carla se presentó en el domicilio de su otra hermana y le pidió mudarse con ella.
El motivo de su decisión es espeluznante: la joven contó que hace cinco años, cuando tenía sólo 12 fue violada por su cuñado. Por “miedo y vergüenza” (según dijo ella misma) la niña calló su secreto durante todo este tiempo, hasta que ahora pudo contarlo.
Según trascendió, la primera en saberlo fue la pareja de su abusador, es decir la hermana con la que hasta ahora vivía Carla. Pero ella no le creyó. Por ello decidió contárselo a su otra hermana, quien sí confió en su testimonio y se presentó a realizar la denuncia.
La mujer realizó la denuncia en nombre de Carla –ya que aún es menor- y solicitó además medidas de protección, ya que temen por la reacción del acusado. Interviene la Fiscalía N°1, y se solicitó intervención a la Dirección de Delitos Sexuales de La Plata y del Servicio Local de Niñez.
En Argentina, en los casos de abuso sexual ocurridos en la niñez cometidos con posterioridad al año 2015 (cuando se sancionó la Ley 27.206) la prescripción se suspende indefinidamente hasta el momento en que la persona realice la denuncia, independientemente del tiempo que haya pasado. Para los caso de los delitos ocurridos con anterioridad al 2015 rige aún la ley anterior (26.705) que establece que la prescripción se suspende hasta el momento en que la víctima cumpla los 18 años de edad.
Ambas leyes fueron dictadas reconociendo las enormes dificultades que tienen las víctimas para reconocer o enfrentar este tipo de situaciones, más aún cuando los abusadores son miembros de su entorno familiar.