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En la tarde de hoy, la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen, realizó una Procesión y posterior Misa, con motivo del Día de la Inmaculada Concepción.
La procesión partió desde el Paseo de la Historia y la Cultura, en la calle Chacabuco, en dirección al Templo, recorriendo las calles céntricas, donde ya había varios fieles esperando y que se fueron sumando durante el trayecto.
En su Homilía, tras la lectura del Evangelio según San Lucas, el Padre Claudio Mosca expresó: “Estamos celebrando esta noche la fiesta de la Virgen, que siempre nos convoca y nos hace celebrar el misterio de Dios. Celebramos a una mujer que en el designio y en el plan de Dios, tiene un rol y una misión fundamental. La presencia de la Virgen nos pone en una doble mirada, por un lado nos ayuda a recordar quienes somos, pobre pecadores. Porque María fue pensada por Dios para sanar el pecado original y reconciliar la amistad entre los hombres y el Padre. Somos pecadores, pero a la vez podemos mirar con esperanza hacia adelante porque María trae en su vientre a Jesús, que nos trae la Gracia y el Perdón. María es la mediadora e intercesora, la puerta a través de la cual nos llega la gracia. Vamos preparando nuestro corazón para la Navidad, y para ese Hijo que esta Madre nos quiere ofrecer”.
Exhortó el sacerdote: “Vivimos tiempos en los cuales siempre encontramos un motivo o una razón para el enfrentamiento y la pelea, si no es el fútbol que nos embrutece y saca lo peor de nosotros, es la política y la grieta que arrastramos desde hace año. Siempre hay algo que nos hace enemistarnos, en todos los órdenes. En la vida de familia, en la comunidad parroquial, en la sociedad. La sabiduría del Martín Fierro nos dice que “si los hermanos se pelean los devoran los de afuera”, pero parece que no entendemos la Palabra de Dios ni el saber popular. No entendemos el mensaje de Jesús, confesamos la Fe y nos decimos religiosos o creyentes, pero tenemos actitudes que no nos honran. Somos artífices de la división, por un color, un partido, o una posición social. Nos cuesta mirarnos a los ojos y reconocernos hermanos, desconfiamos del otro, inclusive a las personas que vemos en la Misa y nos da vergüenza tener una amistad con ellos. Quisiera que esta Fiesta de la Virgen, que es madre de todos, nos permita construir, tender puentes y lazos que nos unan. En nuestra Patria hay que dejar de buscar intereses personales y mezquinos, esa viveza criolla del “sálvese quien pueda”, cuando en realidad así no nos salvamos, nos hundimos más”.
