Por largos años, la Escuela de Educación Especial N°501 “Jorge Luis Bordón” venía solicitando el cambio de su techo de 660 metros cuadrados que se encontraba en malas condiciones. A comienzos de 2018 el Municipio de Lobos tomó contacto con esta necesidad y decidió destinar recursos, a través del Fondo Educativo Municipal, para su completa renovación. La próxima semana finalizan los trabajos que costaron cerca de 500.000 pesos. También este año el Municipio le donó a la Escuela los materiales necesarios para cercar su huerta, ubicada en un terreno lindero cedido también por el Municipio.
TECHO
La obra en el techo incluyó el recambio de las chapas originales del edificio, que tenían ya 35 años. “Teníamos muchas goteras por todos lados”, contó la directora Paola Sala. “Entonces averiguamos para repararlo y nos dijeron que había que cambiarlo todo. Y este año por suerte, gracias al Municipio, se hizo. Y las canaletas también, que para nosotros era muy importante porque cuando llovía el patio cubierto se nos mojaba todo. Eran como cataratas que se hacían en el patio y nosotros lo necesitábamos para que los chicos hagan educación física. Quedó muy bien la obra. Estamos muy contentos.”
La directora de la institución destacó la responsabilidad de la gente contratada para realizar el trabajo. “Los albañiles que contrató la empresa que ganó la licitación, Aldo y Silvio Cortez, fueron impecables. Cuando estaban sacando las chapas viejas nos avisaban y entonces corríamos a los chicos. También tuvimos que sacar todas las bombitas de luz y todos los artefactos eléctricos porque se caían de la fuerza que hacían cuando clavaban las chapas. Entonces se pudo continuar con las clases aunque estuvieran ellos trabajando. Fueron muy organizados. Duró un mes toda la obra.”
HUERTA
Con el objetivo de fomentar la alimentación saludable, la Escuela N° 501 presentó un proyecto destinado al aprendizaje a través de una huerta. Pero no podían realizarlo ya que el terreno que tenían para la huerta no estaba cercado. Por eso este año el Municipio también le donó los materiales para poder construir el alambrado. Ahora siembran rabanitos, zanahorias, acelga, remolachas, lechuga, tomates y perejil. Lo usan para consumir en la escuela y también los mismos chicos lo venden para seguir comprando herramientas o lo que necesiten.
“Las docentes que están en huerta, Ludmila Biló y Soledad Rolandi, junto con los chicos armaron la huerta. Si bien este terreno nos fue cedido en comodato por mucho tiempo, cuando hicieron la cancha de básquet que está al lado nos sacaron el terreno. Lo volvimos a pedir y el año pasado el intendente Etcheverry nos lo dio. Pero no podíamos hacer nada porque teniéndolo abierto. Sin alambrar era imposible”, contó Paola Sala. Los materiales del alambrado costaron cerca de 20.000 pesos y el personal de la institución se encargó de la mano de obra.