En la tarde de hoy, la comunidad empalmeña brindó multitudinario recibimiento a la Virgen de San Nicolás, que permanecerá en la Parroquia San Vicente Pallotti durante aproximadamente un mes (hasta el 20 de octubre).
A decir verdad, no concurrieron solamente los pobladores de Empalme Lobos: vecinos de distintos sectores de la ciudad quisieron estar presentes en tan significativo acontecimiento para la feligresía católica. Los fieles aguardaban la llegada de la Virgen en la Escuela Nº 26, sobre la calle Arévalo, y cuando la camioneta que la trasladaba llegó al lugar, estalló una ovación. Con gran júbilo, agitando pañuelos y banderitas, la muchedumbre celebró con auténtico fervor religioso, y continuó el trayecto hasta el Templo Parroquial rezando el Santo Rosario. En esta oportunidad, las fotos que ilustran esta nota fueron sacadas en la recepción a Lobos (Ruta 205 e Yrigoyen), donde los vehículos salieron en caravana durante todo el recorrido.
El Vaticano ha reconocido oficialmente la aparición de la Virgen y por consiguiente ha dado su visto bueno a los fieles para emprender la construcción del Santuario que actualmente existe en la localidad de San Nicolás, donde ocurrió la milagrosa aparición. El hecho surge, crece, es discernido y encauzado. De acuerdo con el sitio web oficial del Santurario, “La Iglesia desde el año 1983 hasta el presente asistió y condujo los acontecimientos. Dios, otorga un Nuevo Tiempo de Gracia: Maria es enviada por el Señor, como profetiza de un tiempo nuevo, para anunciar la manifestación gloriosa de Jesús Resucitado y Su Divina Misericordia, el triunfo sobre el Mal y sobre el Pecado. Revitaliza y renueva la Alianza de Dios con su Pueblo: Dios Padre busca revitalizar la alianza del Amor pactada con los hombres en la plenitud de los tiempos”. Asímismo, se destaca el hecho de que promueve el compromiso misionero y evangelizador.
En septiembre de 1983, la población nicoleña se conmocionó con la noticia de que en diversas casas de familias se iluminaban los rosarios, despertando el sentimiento religioso de unos y el escepticismo de otros.
Mientras esto se repetía, cada vez con más frecuencia, congregaba al rezo del Santo Rosario a multitud de vecinos. A Gladys Motta, a una mujer sencilla, buena esposa y madre ejemplar, comienza a aparecérsele la Santísima Virgen, registrándose el 25 de setiembre de 1983, como la fecha en que por primera vez experimenta este suceso maravilloso.
El mayor mérito de esta mujer consiste quizás, en la discreta conducta observada, ya que nunca intentó cobrar notoriedad pese al extraordinario privilegio de haber sido destinataria de tal gracia.
Esta aparición, expresa la Iglesia, manifiesta el Triunfo del Inmaculado Corazón de María: El triunfo de su Corazón Inmaculado anunciado en Fátima, se va haciendo misteriosa y palpable realidad en esta hora. Dios muestra la realidad de su triunfo y María, junto a Jesús y subordinada a El, es protagonista del mismo, invitando a la “esperanza y a la confianza en medio de un combate espiritual diario.”