En la fría mañana de hoy (2 de junio) tuvo lugar el acto protocolar por el 216º Aniversario de la Fundación de Lobos, que coincide con el Día del Bombero Voluntario. Por tal motivo, como es tradición, se depositaron ofrendas florales al pie del monumento ubicado sobre la Plaza 1810, y por supuesto, en el interior del Templo, también se depositaron ofrendas en el sitio donde descansan los restos de Doña Pascuala Rivas y Don José Salgado, fundadores del pueblo. Fueron el Comandante Roberto Rubino y el Intendente Etcheverry los encargados de homenajear en el monumento escultórico a todos los Bomberos. Previamente, el Presidente del HCD, Gastón Sandoval, y nuevamente el Int. Etcheverry hicieron lo propio en la tumba de José Salgado. En tanto que el Secretaria de Desarrollo Social, Valeria Dinomo, y la Inspectora Jefa Distrital, Mariana Fondevila, colocaron las ofrendas, donde descansan los restos de Pascuala Rivas de Salgado.
“Nos encontramos acá, en este lugar donde descansan los restos de los fundadores de este pueblo, Don José Salgado y Doña Pascuala, y particularmente en este espacio, en estas manzanas, comienza a gestarse lo que es hoy nuestra ciudad. Y qué bueno que es recordar nuestras raíces, para amar nuestra tierra. Tenemos un sentimiento fraterno por nuestra tierra, y sentido de pertenencia. Y cuando uno ama el lugar donde vive o nació, procura su bien, su progreso, que es todo lo que hacemos con aquellas cosas queridas y valiosas. Celebrar este día de hoy, y prolongarlo en los actos de mañana, es una ocasión propicia para pensar cuánto tenemos que hacer por nuestra ciudad para favorecerla en las acciones y honrar la memoria de quienes comenzaron esta historia hace 216 años. Además de pedir por el futuro, por nuestros jóvenes, por nuestros pibes”.
Podríamos añadir algunas reflexiones: uno de los mayores aportes al sentido común que podemos hacer es no creernos imprescindibles. Lobos seguirá existiendo, con o sin nosotros. Tratemos de desempeñarnos en nuestros quehaceres de la mejor manera posible, sin estridencias ni actitudes de vanidad.
La búsqueda por la verdad no debe detenerse nunca y es una tarea que debe asumir como propia cada uno de nosotros. Quien cree que el periodismo es el único ámbito en el cual debe develarse la verdad está desconociendo el valor de las instituciones democráticas.
Pero también hay un Lobos pujante, creativo y solidario. Con jóvenes que dibujan, pintan, diseñan, construyen, escriben. En tiempos recientes, la ciudad cuenta con un florecimiento de las actividades culturales, en sus diversas manifestaciones, que contribuyen a elevar el espíritu por sobre lo fugaz e intrascendente. La lectura y consulta de material bibliográfico en general, sea cual fuere la naturaleza de éste, es una de las actividades más gratificantes que puedan existir, por cuanto permite al lector tomar contacto con otras realidades.
La estridencia del devenir cotidiano, que nos aturde y nos impide reflexionar, encuentra un bálsamo apropiado en las bibliotecas. Muchas de ellas fueron creciendo con el aporte de colecciones particulares, que fueron sumando en sus ananqueles volúmenes ya descatalogados o fuera de imprenta, imposibles de hallar en las librerías. Textos que no han vuelto a editarse o que resultan demasiado onerosos para ser adquiridos, encuentran cálido refugio en nuestras bibliotecas. La cultura no es algo que se “tiene” (como generalmente se dice), sino que es una producción colectiva y esa producción es un universo de significados, el cual está en constante modificación.
Por todo esto, por lo que somos capaces de hacer, por el potencial de nuestra gente, por el empeño de los que no bajan los brazos y deciden seguir luchando, es que casi 40.000 personas hoy han decidido tomar a Lobos como lugar de residencia. Desde luego, ello no implica asumir posturas intolerantes –cuando no reaccionarias- ante quienes emigraron hacia otros puntos del país o del mundo. Cada uno sabrá las razones –todas personales, todas atendibles- que lo llevaron a tomar esa determinación. Los que continuamos viviendo en Lobos, esperamos que nuestras autoridades cumplan con la función para la cual fueron electas o designadas.