El querido Mario Tomatis tuvo su merecido homenaje en el Club Athletic, donde desarrolló la mayor parte de su carrera deportiva. Luego del responso en la Iglesia Del Carmen, el cortejo fúnebre se detuvo frente a la sede del “rojinegro”, en la calle Castelli, donde decenas de vecinos se acercaron para aplaudirlo. Imposible no aplaudir, imposible no emocionarse… imposible no llorar, por este emblema del deporte lobense, que comenzó jugando al básquet (como el mismo lo relatara) en el desaparecido Club Estudiantes (donde actualmente está el Cuartel de Bomberos). Luego continuó su trayectoria como jugador en Athletic, donde conquistó numerosos títulos hasta su retiro en 1979, a los 40 años.
En la faz comercial, tras su retiro, se dedicó a vender relojes y regalería, en su conocido local denominado “Varielandia” (Buenos Aires y Suipacha). Además, hacía reparaciones de relojes, y era un clásico en la vida pueblerina que cuando uno de esos aparatos dejara de funcionar, recibiera como consejo: “Lleváselo a Tomatis que te lo arregla”.
Mario Abel Tomatis había nacido el 8 de diciembre de 1940 en Lobos, y estaba casado con la docente María del Carmen Bodaño (“Chechi”). Fue padre de tres hijos: Mauro, Valeria, y Victoria. Lo recordaremos por siempre.