Durante una reunión mantenida ayer por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, con los representantes de las principales firmas del sector y refinadoras, el funcionario le comunicó que no sería conveniente aplicar un nuevo incremento, al menos por 60 días.
Sucede que ante el aumento del precio del petróleo (que llegó a valores que no registraba desde 2014) y la depreciación del peso frente al dólar, dos variables suficientes para un nuevo incremento, trascendió que las petroleras ya evaluaban subir los precios en torno al 12%.
Esta situación encendió otra alarma y a diferencia de lo sucedido recientemente, donde el Gobierno era un espectador ante las subas aplicadas por las petroleras, esta vez el ministro salió a pedirles que mantengan los valores actuales.
Hoy habrá una nueva reunión y si bien se cree que las empresas accederán al pedido, el Gobierno posee la mayoría de YPF, que tiene una posición dominante en el mercado, y aunque las otras petroleras podrían trasladar las variaciones en los costos a los precios, suelen moverse al ritmo de YPF.