En diálogo con LOBOS 24, el Gerente de la Sociedad Rural de Lobos, Dr. Fernando Ferrari, comenzó trazándonos un panorama de cómo recuperar al campo por la sequía imperante: “Las medidas que han anunciado hay que plasmarlas, tanto las de la Gobernadora como las del Presidente. La idea es “desburocratizar” todo lo relacionado con los trámites, y lo que las entidades del campo venimos pidiendo es que se modifique la Ley de Emergencia Agropecuaria, que data de 1973. Los valores que se establecen en esa Ley han quedado totalmente desactualizados. Hay partidos muy cercanos a Lobos, como 25 de Mayo, Navarro, o Bragado, que ya han pedido que se declare la emergencia por la sequía que estamos viviendo. La Gobernadora creo que tiene una mirada más social que productiva, por supuesto que conoce lo difícil que va a estar la situación para el sector este año, y los rindes de soja y maíz serán muy inferiores a los de 2017. Además el Impuesto Inmobiliario Rural ha subido notablemente, en algunos casos hasta el 70 %, como consecuencia del revalúo que se hizo. Se otorga la posibilidad de pagarlo en cuatro cuotas en lugar de tres, pero es sólo un paliativo”.
”Todo lo que ha anunciado Vidal es positivo, pero falta llevarlo a la práctica, sabemos que lleva tiempo. Pero no hay una resolución a los problemas de índole fiscal. Hay un proyecto de un seguro multiriesgo, que lo está trabajando el Ministerio de Agroindustria. Sería una alícuota que los productores tendría que ir pagando similar a lo que se paga por granizo, pero que contemple más factores climáticos. Es como un canon que se podría pagar al propio Estado o a una empresa de seguros que éste designe. Pero hay una controversia, porque el Ministerio dice que no está en condiciones de hacerse cargo de un seguro de este tipo, y que los productores deberían pagarles a las compañías de seguros”.
Añadió que: “Si queremos que Argentina sea “el supermercado del mundo”, vamos a tener que entender que si queremos vender, también habrá que comprar. Por supuesto, ningún país abre libremente su economía, como ejemplo tenemos a EE. UU., entonces hay que tratar de exportar lo máximo posible, de hecho le estamos vendiendo a China casi el 50 % de la carne de exportación. Pero los acuerdos comerciales son así, seguramente ellos reclamarán que les compremos productos. Y como dije antes, como hacen las grandes potencias, hay que buscar la manera de no perjudicar a los empresarios e industriales locales”.
Lo consultamos también por la producción de frutas, dado que se está importando mucho, por ejemplo, peras o manzanas de Chile. Lo vemos en las góndolas de los supermercados, siendo que Argentina tiene productos de excelencia. “Eso tiene que ver con el gran problema que arrastramos hace años, el costo argentino, los fletes. En las economías regionales, le siguen pagando muy poco al productor, y el que más gana es el intermediario. La distorsión que se da en toda esa cadena, desde la cosecha hasta que llega al comercio minorista, en muy grande. Y como casi no hay trenes de carga, el costo de los fletes es un componente importante del precio final. Fue Menem quien destruyó el ferrocarril, no tengo problemas en decirlo, estamos a más de 1.000 km. de Río Negro que es donde se producen las manzanas, y por lo tanto esto genera dos perjudicados, que son los dos eslabones de la cadena: el productor y el consumidor. Esto no es tan nuevo, porque el gobierno anterior permitía que ingresara carne de cerdo de Brasil, por citar un caso”.
Reconoció Ferrari que: “Quizás el Gobierno actual pecó de ingenuo y creyó que esto iba a ser más fácil. Tendría que haberse hecho un diagnóstico más claro de cómo estábamos. No es que porque Macri sea Presidente van a llover las inversiones, si no llegan es porque los costos de producción que tenemos son altos, un poco lo que te comentaba antes. Llevará varios años más, poder decir que salimos de 2001”.
“Al tambero le pagan 6 pesos por litro de leche, y en los comercios está a $ 30, y tenemos una empresa que ejerce una posición dominante (La Serenísima), aunque no tanto como antes, y otra que está quebrada, como es Sancor. Seguramente a Sancor la va a comprar un grupo empresario de Nueva Zelanda. La única forma de revertir esto es que se sienten en una misma mesa todos los actores: productores, industriales, y comerciantes. El mercado lácteo está cambiando, del mismo modo que el sector de la carne”, concluyó.