Lobos 24 Un nuevo concepto en información
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Ser jubilado en la Argentina parecería que a través de la historia ha sido más un castigo que un reconocimiento a los largos años en que el trabajador día tras día cumplió con sus labores.
Sin ir muy lejos aquellas marchas de Norma Plá en los 90, quien salió a defender los derechos de los jubilados aún a costa de ser detenida pidiendo una pensión mínima de valores dignos, son una muestra de la situación de vulnerabilidad a la que eran sometidos.
Luego, la rebaja en las jubilaciones impulsada en tiempos de la Alianza terminaron por destruir el poder adquisitivo de muchos jubilados, quienes vieron negados sus sueños de tener una vejez sin problemas.
En estos últimos años se pudo incorporar mucha gente al sistema previsional y se sancionó una ley que permitió ajustar los haberes, aunque la inflación también pegó en el bolsillo.
Hoy el nuevo gobierno logró sancionar una nueva ley que que modificó el cálculo de la fórmula de actualización de los haberes, que se hace dos veces al año.
El titular del Pami, Carlos Regazzoni no dudó en afirmar (pese al recorte en la cantidad de medicamentos que brinda el sistema), que «nuestra prioridad es la salud de los jubilados, y estamos trabajando todos los días para cumplir con el objetivo de tener un PAMI más eficiente, transparente y ordenado». Desde la obra social señalan que «el PAMI que recibimos estaba en una situación administrativa delicada. Desde el inicio de esta gestión, el primer objetivo fue normalizar y sanear las cuentas del Instituto sin descuidar la atención a los afiliados».
«Estas falencias administrativas -continúan las fuentes- no solo significaban un mal uso de los recursos del PAMI, sino que se manifestaban en hechos de corrupción que tomaron público conocimiento y que esta gestión denunció ante la justicia».
Los voceros ponen como ejemplo «los más de 400 mil muertos en el padrón del Instituto, la venta y recetado de medicamentos a afiliados muertos, el abandono y descuido de sillas de ruedas, etc».
Un informe elaborado por IDESA (Instituto de Desarrollo Social Argentino) hace foco en la nueva fórmula de movilidad previsional que hace su debut en marzo.
«La actualización considera un 70% inflación y un 30% salarios. Esto sustituye la antigua fórmula que operaba en base a dos ecuaciones. La primera ecuación establecía que las jubilaciones se ajustaban en partes iguales según la evolución de los salarios y los recursos tributarios con destino a ANSES. Esto estaba condicionado por la segunda ecuación que establecía que el aumento nunca podría superar el incremento en los recursos per cápita de la ANSES más un 3%», sostiene IDESA.
A su vez, en el informe se destaca que «la vieja fórmula condicionaba la actualización de las jubilaciones a la disponibilidad de recursos». La misma no se aplicó correctamente «cuando se decidió excluir a las moratorias del cálculo del ingreso per cápita del sistema»; esto evitó que la movilidad fuera afectada por la caída en los ingresos per cápita debido al otorgamiento masivo de beneficios sin aportes. Luego, se decidió no considerar en el cálculo la reducción de ingresos que produjo el fallo de la Corte devolviendo a las provincias el 15% de la masa coparticipable.
El estudio muestra mide cuáles habrían sido los incrementos de jubilaciones entre los años 2009 y 2017:
- Con la antigua fórmula tal como se aplicó los haberse aumentaron un 950%.
- Aplicando la antigua fórmula correctamente, es decir sin dejar de lado las moratorias ni la pérdida del 15%, el aumento de las jubilaciones habría sido del 620%.
- Si se hubiese aplicado la nueva fórmula el incremento habría sido del 770%.
Estos datos surgen de estimaciones aproximadas pero muestran que si se hubiese aplicado estrictamente la vieja fórmula los aumentos nominales de las jubilaciones habrían estado por debajo de la inflación (estimada en el orden del 765% para el período).
La situación angustiante que viven quienes ganan la jubilación mínima puede observarse en la «canasta» básica del jubilado, que elabora la defensoría de la tercera edad desde hace 10 años. «Para cubrir sus necesidades hoy un jubilado necesita un ingreso mínimo de 12 mil pesos».
La precariedad de los jubilados también abarca el área de salud. «Hay problemas en el PAMI desde lo prestacional. También hubo incrementos terribles en los medicamentos. Por ejemplo medicamentos muy usados como el enalapril para la hipertensión subió un 144 % en tres meses y la aspirineta un 150 % también en ese tiempo», señala el ombudsman Eugenio Semino.
Desde la Defensoría de la Tercera Edad, advirtieron que se adelantó la época de morbilidad, tiempo en que se registran más jubilados enfermos, y que es difícil su atención. «Tengo denuncias de que faltan camas de internación para jubilados», dijo Semino.
Otro problema que suelen sufrir muchos jubilados es que por hacer un dinero extra ya que el haber no les alcanza terminan haciendo trabajos precarios. «Muchos realizan labores no registradas o en negro. Así vemos gente de 70 u 80 años manejando remises, trabajando como serenos, seguridad sin recibir aportes».
Volviendo al tema de la controvertida, Semino indica que presentará un recurso para de inconstitucionalidad y que de ser necesario llegue a la Corte Suprema para que ésta se expida.El defensor de la tercera edad opina que al menos el haber mínimo debería equipararse al salario mínimo para darle algo de dignidad al jubilado. «Para marzo de este año que viene se estipuló que el salario mínimo alcanzara 9.600 pesos. Pero si uno calcula los aumentos para pensionados la jubilación mínima para esa fecha apenas estará en 7.300 pesos aproximadamente».
