Sindicatos que representan a docentes, estatales, médicos y judiciales bonaerenses rechazaron ayer la posibilidad de que el Gobierno les quite la cláusula de ajuste automático del salario por inflación en las negociaciones paritarias provinciales, que deberían comenzar en las próximas semanas.
Según trascendió, el Ejecutivo busca ofrecer un aumento de sueldos del orden del 15 por ciento, con una cláusula de revisión en reemplazo de la cláusula gatillo, la herramienta que se utilizó en el último año para reajustar salarios trimestralmente en base a la inflación. Esa posibilidad alertó a los gremios, que consideran que la actualización automática es “fundamental”.
En ese sentido, la secretaria adjunta del gremio docente SUTEBA, María Laura Torre, expresó: “Pedimos convocatoria inmediata a paritarias, rechazamos el debate con un techo del 15% y exigimos la implementación de la cláusula gatillo”.
“Ayer desde el Ejecutivo dejaron trascender la posibilidad de reemplazar la cláusula gatillo por una de revisión de reapertura de paritaria. Ello sería en un terreno de confianza en los acuerdos y, si bien nosotros negociamos de buena fe, el Gobierno viene sin cumplir”, afirmó y agregó: “En el encuentro del 30 de noviembre se resolvió que nos iban a convocar en diciembre para comenzar a discutir salarios de 2018 y ello no ocurrió. Todavía no hay fecha de reunión, la están dilatando”.
En esa línea, el secretario general de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB), Pablo Abramovich, explicó que “nuestra paritaria será el 15 de marzo, así lo acordamos el año pasado, por lo que aún no definimos la estrategia salarial”, pero subrayó que “en 2017 la cláusula gatillo nos resultó efectiva, porque cerramos en 23,6% y eso implicó 3 puntos y medio más en enero, y a lo largo del año se fue a 27,1% por ajuste inflacionario. Es probable que debatamos la necesidad de volver a plantearlo en un contexto donde las paritarias son duras y las pautas de inflación del Gobierno no son confiables”, expresó.
PÉRDIDA DE PODER ADQUISITIVO DEL 6 % EN LA ERA MACRI
La realidad de la economía argentina dista mucho de estar entre las mejores. Así, a pesar del repunte que han tenido los números macroeconómicos en los últimos meses, muchos sectores siguen mostrando una baja sustancial en su actividad. Esto se ve reflejado en la inflación, que sigue sin controlarse y golpea con mayor fiereza a los sectores más vulnerables de la sociedad.
De acuerdo a un informe realizado por la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), la Argentina es el país de Latinoamérica con mayor retracción del poder adquisitivo del Salario Mínimo en los últimos dos años, acumulando un 6,1% de caída. Esto contrastó con lo sucedido, por ejemplo en Bolivia, donde el poder adquisitivo tuvo un crecimiento en dicho lapso del 8,2%. Aún así, en el vecino país los sueldos siguen siendo bajos para los sectores más vulnerables.
Para la casa de altos estudios nacional, una de las razones centrales por las cuales se hace cada vez más difícil llegar a fin de mes, es la persistencia de una variación de precios por encima de la inflación, lo cual repercute en el deterioro del poder adquisitivo de las familias. Esto ha llevado a que, desde la asunción de Mauricio Macri, el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) haya caído un 0,5% medido en dólares, lo que implicó un menor poder de consumo por parte de los que menos tienen.
La situación ha llevado a que los jubilados hayan tenido una pérdida salarial en los últimos 24 meses del 6,8%, complicándose fundamentalmente la compra de medicamentos. Esto pone en riesgo la vida de los adultos mayores, que desde diciembre de 2015 hasta el presente han sufrido incrementos de entre el 75% y el 173%, e incluso, en algunos casos muy particulares, llegaron ser de hasta el 232%.
Este retroceso en el poder adquisitivo llevó también a un cambio de hábitos por parte de los argentinos, lo que implicó que las ventas de segundas y terceras marcas se desarrollara un 45% en el último bienio. Otro dato clave para entender esta situación de deterioro se da en el hecho de que la compra de alimentos sueltos en la calle se incrementó un 35% producto de la crisis y de la merma en la capacidad adquisitiva.
(Fuente: Diario Hoy)