Dante Mazzeo se define como “director artístico” de El Teatrito, con el objetivo de diferenciar que su rol es el de dirigir o conducir al elenco en las puestas de escena. “Llevo dirigidas 7 obras, la primera fue “Nosotras que nos queremos tanto”, en 2002. Anteriormente fui asistente de dirección, todo el manejo alrededor de las obras del “Negro” Del Buono, corregir los guiones, entre otras cosas, organizar los tiempos de ensayo, etc. En ese momento, luego del fallecimiento de Del Buono, Silen Cambareri se hizo cargo de la dirección, pero no se sentía cómoda en ese rol o no le gustaba demasiado. Entonces en 2002, cuando surge la posibilidad de hacer esa obra y ella iba a actuar, consideramos que era mejor delegar esa tarea, fue así que asumí la dirección de la obra. Fue algo diferente, porque eran cuatro actrices sin ningún tipo de escenografía, lo que se llama “cámara negra”, durante casi 90 minutos sosteniéndola con los parlamentos de los personajes. En ese sentido se parece a otra que hicimos después, “El Método”, en 2012”.
Explicó Mazzeo que: “La idea de la cámara negra, surgió de nuestra intención de romper con las escenografías demasiado elaboradas, que además insume un costo importante, y se necesita de mucha gente que se dedique a ello. Me parece, como dije antes, que las obras se sostienen por las actuaciones. En “Nosotras que nos queremos tanto”, eran cuatro actrices de Lobos, y descubrí que se podía jugar con la imaginación del espectador. No me gusta pedir prestados muebles o cosas así, porque es mucho compromiso, sobre todo en lugares donde uno no es el único que tiene acceso a la sala. Sin embargo, en “El Método” sí se hizo, pedimos prestados muebles de oficina, pero no es habitual que lo hagamos”.
“La primera obra, la había conseguido en el año 2000, y cuando la leí pensé en las cuatro actrices que finalmente quedaron. En una de las escenas, había un velatorio, y tuvimos que pedir prestado un ataúd, no podíamos hacerlo sin eso”.
Con respecto al momento de convocar actores, Mazzeo sostuvo: “Trato de elegir la gente que está en el grupo de El Teatrito en forma permanente. Aunque no hayan actuado, son personas que participan, colaboran, siempre están. A veces hay personajes que no dan, por una cuestión de edad, contextura física, etc, y entonces uno va buscando gente que se aproxime al personaje. Son actores que quizás estuvieron en una obra y no volvieron a sumarse, lo cual es respetable, no es la primera vez que alguien se va en el medio de un ensayo por algún motivo, y entonces que buscar un reemplazo. A veces esto no es posible, por lo cual se han tenido que suspender proyectos. En la última obra que hicimos, “Los 39 escalones” (que se estrenó en el Cine Italiano), hubo una persona de elenco que se bajó, y tuvimos que reformular los personajes, eran originariamente seis actores y quedaron cinco, lo que representó un gran esfuerzo para el resto”.
“En este momento, la gente que está en el grupo es: Oscar Briganti, Juan Terán, Diego Gainza, Lucas Rubano, Roxana Gnazzo, Silen Cambareri, Verónica Rubano, Camila Jorge, y Tita Robla. Los varones se encargaron de negociar el comodato de la sala del Teatro Parroquial, de acondicionarla, con los requisitos de habilitación que se piden hoy en día. Las mujeres están más a cargo de la parte de documentación que se debe presentar, para que en un futuro El Teatrito funcione allí. Hemos contado con la colaboración de profesionales, que en el caso de que nos pidan un plano o algo parecido, ellos están dispuestos a ayudar. También vinieron los Bomberos de Ezeiza a explicarnos todo lo que era necesario cumplir para la habilitación de la sala. Juan Terán fue uno de los que se encargó de gestionar subsidios, que no nos vendrían nada mal”.
Añadió que: “Cuando tomamos la tarea de hacer todo esto, el teatro estaba muy abandonado, con mucha humedad, excrementos de palomas, y hubo que hacer una limpieza general, despojar todo para reemplazar los cielorrasos que se habían llenado de agua, entre otras cosas. El mérito es de todas esas personas que integran el grupo y que mencioné antes, también está colaborando “Pichi” Casaux”.
Dante recuerda la puesta en escena de “Sinvergüenzas” como algo poco común en el teatro lobense, con 13 funciones a sala llena, un éxito inesperado. “Sería falso decir que no me interesa la repercusión, porque lo que uno espera es que el público vaya al teatro. Yo sabía que la obra podía funcionar bien, pero no imaginé que iba a ser el fenómeno que fue. El afiche que hicimos para promocionar la obra llamó mucho la atención, porque parecía que los actores estaban desnudos, algo que de ningún modo fue así. Me basé en una parte de la obra para hacer el diseño (…) Yo nunca me defino como el Director de una compañía de teatro, porque parecería que yo fuera un patrón, y en el grupo consensuamos bastante”.
“Los 39 escalones” (la última obra hasta el momento) fue un gran desafío, porque era un guión adaptado de un director reconocido mundialmente, como Alfred Hitchcock. Esa mezcla de suspenso con situaciones humorísticas, fue lo que buscamos recrear. Buscamos una caricatura para cada personaje”, recordó Mazzeo.
«Siempre sostengo que lo ridículo no es gracioso. Por el contrario, causa vergüenza. El humor se construye de otra manera», apuntó.
Enfatizó que: “Lo fundamental es ensayar, que haya química y conexión entre los actores, de otra manera no se puede trabajar. Cuando veo la filmación de “Sinvergüenzas”, me parece aburrido, porque no está pensado para ese formato, pero había una gran química entre todos, se manejaban muy bien, y agregaban cosas que no estaban en el libreto, pero que aún así quedaban bien. Eso es clave para entender por qué funcionó tan bien. Otra cosa que nos pasó es que se estrenó la semana siguiente de las últimas inundaciones en Lobos, y dudábamos en hacerlo, por la tristeza que teníamos todos y la sociedad en general. Sin embargo, notamos que la gente necesitaba distensión, descomprimir un poco”.
La reposición será el 16 de marzo, en el Teatro Italiano, a las 21:30 hs. El resto de las funciones aún no tienen fecha, como tampoco el valor de las entradas, pero ya es un hecho que volverá a la cartelera cultural lobense.