En la mañana de hoy (4/9), tuvo lugar el acto central por el Día del Inmigrante, en la Plaza homónima, ubicada frente al Hospital, sobre calle Mastropietro.
En dicha oportunidad, dejaron un emotivo y sencillo mensaje dos inmigrantes que llegaron a la Argentina, prosperaron y formaron su familia en nuestro suelo: Frida González (Chile), y Yamil Decourdone (Francia).
Asimismo, los representantes de las distintas colectividades o países de origen de sus ancestros, izaron dichas banderas en los mástiles de la Plaza. Por Uruguay, lo hizo Gerardo Flamini. Por Taiwan, Liu Shan Fen. Por Portugal, familia Lopes. Por Bolivia, Víctor Llanos. Por Alemania, Hedwig Semet junto a sus hijas Nelly y Trudi. Por España, Armando Etcheverry y Fernando Sancho. Por Italia: familias Pradelli, Cinnadaio y Grimaldi. Por el Líbano: Juan Domingo Arévalo. Por Brasil: Bruna Alves Nespolo. Por Paraguay: Rodrigo Amarilla. Por Francia: Yamil Decourdone. Por Chile: Frida González.
También se dirigió a los presentes el Secretario de Gobierno, Pablo Hasper, quien saludó a todos los descendientes, y sostuvo: “viendo el momento en que izaron las banderas, uno se da cuenta de que esto es Lobos, esto es la Argentina, una nación de puertas abiertas que se ha construido con la inmigración, como está consagrado en la Constitución, y actualmente nuestro país siguen recibiendo a hermanos de Latinoamérica, de Europa, y de tantos continentes. Todos tenemos en mayor o menor medida una vinculación con un inmigrante, en mi caso me acuerdo de mi tía abuela Jacoba Hasper, que actualmente vive en Lobos, y ama a su país y a aquel que la vio nacer. Todos han llegado aquí a trabajar, a progresar, y a hacer grande la Argentina, y por supuesto añoran sus países de origen. Ojalá que este acto tan fraternal sea un símbolo para estar más unidos que nunca como sociedad”.
La pareja de baile integrada por Elizabeth Costa y Rubén Viñas realizó una impecable representación de “La Cumparsita”, en un escenario montado para tal fin. Y Juan Del Conti con su acordeón, interpretó melodías clásicas del chamamé.
Sin lugar a dudas, una jornada para recordar y evocar a quienes vinieron huyendo de la guerra o del hambre de sus países de origen y encontraron cobijo en la Argentina, haciéndose “desde abajo”, trabajando de lo que fuera necesario para forjarse un porvenir, del cual luego disfrutaron sus hijos y nietos que honran el legado de sus mayores.